La furgoneta utilizada en el 11-M y en la que se encontraron detonadores estaba vacía, según 'El Mundo'

Según informa hoy El Mundo, citando las declaraciones de dos policías, la furgoneta Renault Kangoo que se encontró en la mañana del 11 de marzo de 2004 aparcada junto a la estación de tren de Alcalá de Henares (Madrid), y que se vinculó posteriormente a los atentados del 11-M, estaba vacía.

Esto contrastaría con lo establecido en el auto de procesamiento del juez Juan del Olmo, en el que se reseñaba que dicho vehículo contenía, entre otras cosas, una bolsa con siete detonadores y un trozo de cartuchos de dinamita, además de otros objetos agrupados en 61 categorías distintas.

Esta ausencia de carga, subraya el diario, concordaría sin embargo con las declaraciones repetidas ante la Comisión de Investigación del 11-M en el Congreso de los Diputados por Luis Martín Gómez, jefe del Grupo Local de la Policía Científica de Alcalá de Henares, encargado en aquellas primeras horas de la investigación. "Allí dentro no había nada", dijo.

Miembros de las dotaciones que primero llegaron junto a la furgoneta, poco después de que el portero de una finca hubiera avisado de lo que creía era un vehículo sospechoso, examinaron la zona de carga, primero a través de los cristales delanteros (los asientos y la zona de carga estaban separados por una rejilla de agujeros amplios) y luego una vez abierto el portón trasero, no observando nada que les llamara la atención.

"Miembros de las dotaciones del K y del Z corroboraron que en la zona posterior de carga la furgoneta estaba vacía. Luego, forzaron el portón trasero y fue entonces cuando pudieron confirmar con más claridad que la furgoneta estaba vacía. Los perros no hicieron ningún signo de que hubiera explosivos", escribe El Mundo.

"(...) La declaración más relevante por su cercanía física a los hechos y por su especialización es la del inspector jefe del Grupo Local de la Policía Científica de la comisaría de Alcalá, el que ordenó forzar la puerta. Luis Martín Gómez no vio «nada raro que se aprecie a simple vista».

En la parte trasera no aprecia «nada anormal», a pesar de que la rejilla que separa la zona delantera de la zona de carga «es diáfana completamente, no observando nada anormal ni que le induzca a sospechar que pueda haber un artefacto."

La sorpresa posterior

Sin embargo, una vez que la furgoneta fue llevada a la Sede Central de la Policía Científica en Canillas, allí se encontraron "no sólo una bolsa con siete detonadores [bajo uno de los asientos], un trozo de cartucho con dinamita y una cinta con versos del Corán, sino también casi un centenar de objetos", clasificados en 61 evidencias y que en su mayor parte pertenecían al dueño del vehículo.

El hecho de que Martín Gómez fuera un profesional cualificado, al que difícilmente podría habérsele escapado semejante número de objetos sospechosos, hace que El Mundo se muestre aún más escéptico acerca de las posteriores declaraciones recogidas en el auto del juez Del Olmo.

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