Aprobado definitivamente el Catálogo de Edificaciones en Suelo Rústico que contiene 46 edificios en fichas

El Ayuntamiento de Valdeolea ha aprobado con carácter definitivo el Catálogo de Edificaciones en Suelo Rústico en el que se recogen todas las construcciones del municipio que se encuentren en el suelo rústico.
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EUROPA PRESS
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El Ayuntamiento de Valdeolea ha aprobado con carácter definitivo el Catálogo de Edificaciones en Suelo Rústico en el que se recogen todas las construcciones del municipio que se encuentren en el suelo rústico.

El Catálogo contiene 46 edificios registrados en fichas. El mayor número de edificaciones se encuentra en Mataporquera (11). El resto están en La Cuadra (3); igual número en Barriopalacio; Camesa (1); Casasola (2); El Haya (1); Hoyos (2); La Loma (2); La Quintana (1); Las Henestrosas de las Quintanillas (1); Mata de Hoz (5); Olea (4); Pozazal (2); Reinosilla (3); Martín de Hoyos (1); y Santa Olalla (3).

Este Catálogo de Edificaciones en Suelo Rústico incumbe a todas las edificaciones ubicadas en esa clasificación que reúnan características arquitectónicas, tipológicas y constructivas propias de una edificación del entorno rural, entendiendo como tales las ligadas a una arquitectura tradicional-popular, según la memoria consultada por Europa Press.

Con este matiz "tradicional-popular" se entienden aquellas construcciones adaptadas al medio y a los modos de vida de los habitantes del territorio enmarcado en el Catálogo, con cierto sentido de la economía, funcionalismo, materiales autóctonos, técnicas artesanales y tendencias marcadas a la repetición de modelos.

También se incorporan las iglesias, porque igual de tradicional es la arquitectura religiosa de los templos, aunque no se encuadre específicamente como popular.

El documento tiene dos partes, conceptual y metodológicamente diferentes entre sí: una primera parte comprende un inventario y la segunda parte derivada de la anterior, es la que concierne al Catálogo de edificación en suelo rústico.

Todo el trabajo de inventariación se ha plasmado en una fichas agrupadas por cada entidad de población de Valdeolea (veintitrés en total), según la documentación consultada por Europa Press.

Las pautas empleadas para la catalogación realizada son de las que se desprenden de las características arquitectónicas, tipológicas y constructivas más representativas del entorno rural del término municipal.

Así, en líneas generales, las construcciones populares del medio rural se caracterizan por el empleo de materiales propios de dicho medio y técnicas constructivas sencillas dando lugar a similares caracteres tipológicos de: compacidad, volumen unitario, cubierta a dos aguas (con algunas variantes a cuatro según las zonas y el tipo), hastiales y fachadas secundarias con escasas y reducidas apertura de huecos, fachada principal caracterizada por contener elementos definitorios singulares.

El sistema constructivo tradicional combina muros de carga de piedra y de ladrillo o adobe según las zonas en las plantas superiores con elementos de madera (pies derechos y forjados). Muros de carga generalmente de mampostería y sillares más o menos trabajados en los esquinales y habitualmente cubierta a dos aguas con estructura de madera.

Los materiales más comúnmente utilizados han sido la piedra y el revoco en las fachadas, la teja árabe de cerámica roja con la variante de lajas de piedra según la zona en las cubiertas y madera natural o pintada en las carpinterías.

La catalogación de las construcciones se clasifica según juicios valorados en varios niveles, relacionándose directamente con las particularidades específicas del territorio municipal.

De esta manera, se atiende a las características de tipología arquitectónica comunes o no de las edificaciones, considerando aspectos del lenguaje arquitectónico propio de un ámbito en relación con las alturas, ocupación, composición de las fachadas, formalización de las soluciones de cubierta, etc.

Otro rango a considerar es el referente al sistema constructivo empleado, con aspectos técnico-estructurales que condicionan en gran medida la visión arquitectónica final.

Un último nivel se encuentra en las características de los materiales empleados para la materialización final de la construcción, haciendo hincapié en aquellas particularidades vernáculas que permiten categorizar una solución adoptada.

Tipología arquitectónica y compositiva

Según la memoria del catálogo, aunque predominan las reformas poco respetuosas con los edificios, materiales poco apropiados, cobertizos, tejadillos y chimeneas incongruentes, la reflexión sobre la arquitectura que resta lleva a considerar la posible existencia de elementos o tipos comunes a toda la comarca campurriana, trascendiendo el ámbito particular del catálogo.

Así se indica la recurrencia de corrales y corraliegas centralizando los espacios domésticos, o un cierto predominio del clasicismo unido a la sobriedad en la mayoría de los edificios.

También concurren algunos elementos y tipos compartidos con otras zonas. Así, con las comarcas del norte de la Cuenca del Duero, se comparten todos los tipos sobrios y adustos, sin balcones ni solanas de madera, y la presencia de imprentones y tabiques de ladrillo y adobe.

Y con los valles y jurisdicciones del Alto Ebro se comparten muchas cosas, todos los tipos y variantes, así como la propia variedad de los modelos. El uso generalizado de la piedra y la madera y las técnicas constructivas básicas, son comunes a todas estas comarcas limítrofes.

La tipología más generalmente extendida en la comarca es el de la casa-bloque, con cuerpo principal de planta cuadrada o rectangular, pero con marcada tendencia a la disociación de elementos en torno a un corral. Se adaptan bien al medio por la orientación del edificio y la disposición en él de los repartimientos y vanos.

Las fachadas, balconadas y vanos más amplios se sitúan en una orientación preferente entre este y sur, a los vientos más secos y cálidos. Al norte y oeste suelen dar las partes traseras de las edificios. A estos vientos fríos y se abren los menos, y más reducidos, vanos de acceso y aireación (bocarón y ventanos).

La funcionalidad reside en el carácter de casa-bloque rectangular en donde se recogen personas, animales, cosechas, aperos y todos los elementos que centralizan las actividades de producción y sociabilidad.

En cuanto a las iglesias, se trata de templos de una sola nave con presbiterio y ábside; planta generalmente rectangular (aunque volumétricamente con disociaciones de sus elementos) con sistemas constructivos y materiales "tradicionales" habituales en este tipo de arquitecturas religiosas rurales. Están rematadas por espadañas o, si ha sido modificada, torres campanario de planta cuadrada.

La memoria destaca como "caso singular" la Torre de San Martín de Hoyos (siglo XIV), fortificación originalmente militar realizada con muros de sillería rústica, excepto en esquinales y vanos donde se aprecia sillería. Hoy sin uso, esta Fortaleza-Torre conserva todo su alzado, aunque está desmochada y vaciado su interior.

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