El dibujante Charles Burns rinde homenaje a Hergé y Burroughs en su nuevo cómic, 'Tóxico'

  • El autor Charle Burns vuelve a sorprender a propios y extraños con su nuevo cómic, 'Tóxico', una obra realizada en color.
  • La obra está plagada de guiños a dos de los grandes referentes del dibujante estadounidense: Hergé y William Burroughs.
Charles Burns ha sorprendido con su nuevo cómic, 'Tóxico'.
Charles Burns ha sorprendido con su nuevo cómic, 'Tóxico'.
EFE
Charles Burns ha sorprendido con su nuevo cómic, 'Tóxico'.

Cuando ya nos había acostumbrado al delicioso toque del blanco y negro, Charles Burns vuelve a sorprender a propios y extraños con su nuevo cómic, Tóxico, una obra realizada en color y plagada de guiños a dos de los grandes referentes del dibujante estadounidense: Hergé y William Burroughs.

"Quería contar una historia personal sobre un momento muy específico de mi vida, cuando estaba involucrado en la música punk-rock y vivía en San Francisco, allá por 1977. Ahí se encuentran los orígenes de esta historia", afirma Burns.

Un juego de contrastes

El autor plantea un sutil juego de contrastes en las viñetas de Tóxico, donde los planos real y onírico se solapan a cada instante para recomponer el puzzle vital de Doug, un joven que trata de desengancharse de las drogas mientras supera una ruptura sentimental.

"Creo que mi enfoque psicológico ha cambiado mucho con el paso de los años. Mis primeras obras tendían a explorar más sobre una idea y menos acerca de los personajes. La creación de personajes empieza a ser algo mucho más personal cuando son un reflejo de ti mismo, de tu vida, o de tus amigos. Ahora tengo una relación más estrecha con mi trabajo", opina Burns.

"Doug es un reflejo de mí mismo. Creo que él se considera una buena persona y trata de serlo en su día a día, pero no siempre actúa con buenas intenciones, lo cual es un aspecto muy habitual en todos los seres humanos. De hecho, es un rasgo que yo también tengo y que me preocupa bastante", apostilla.

La influencia de Tintín

La influencia de Tintín resulta muy evidente en las páginas del libro, que bebe de "esa clase de mundos que solo Hergé era capaz de crear".

"Era un mundo inusual para un chico de Estados Unidos. Cuando era pequeño, Tintín ya era muy popular en Francia, Bélgica y muchas otras partes del mundo, pero no era una lectura típica para los niños americanos", recuerda Burns.

"Interioricé todas esas imágenes que no era capaz de entender, pero que tuvieron un gran impacto en mí por la atmósfera, los personajes y la sensación de transportarte a mundos muy distintos. Todo eso se convirtió en parte de mi subconsciente y ahora ha salido a la superficie en mi nueva historia", confirma.

Recuerdos infantiles y juveniles

Aprovechando este viaje por sus recuerdos infantiles y juveniles, el autor se detiene brevemente en los cómics que contribuyeron a definir su estilo como historietista. "Cuando era pequeño no había tantas opciones como ahora y, además, mi familia se trasladaba de un lugar a otro con bastante frecuencia", añade.

"Primero empecé con los cómics de superhéroes y luego descubrí el underground, que coincidía con mi interés por el mundo del sexo y las drogas. De repente aparecieron un montón de títulos que hablaban de todo eso. Fue un momento histórico: por primera vez, los cómics no se creaban con fines puramente comerciales, sino para la expresión personal de sus dibujantes", apunta.

A nivel gráfico, Tóxico llama la atención por su exuberancia cromática, una faceta casi desconocida en la bibliografía de su creador. "Cuando hice Black Hole, por ejemplo, tenía muy claro que debía ser en blanco y negro, porque lo pedía la propia historia", expone Burns.

"Cuando empecé este nuevo cómic hice un par de bocetos en blanco y negro, pero tuve la sensación de que me estaba repitiendo, que volvía a caer en ideas anteriores. Además, trabajar en este formato de álbum franco-belga, con dibujos en color, era bueno para mí, una dirección diferente. El color ha sido muy importante, una parte más de la línea histórico-temporal", asevera.

Conexiones con William Burroughs

La obra también plantea conexiones narrativas con El almuerzo desnudo, texto inmortal de William Burroughs, cuya 'Interzona' guarda un notable parecido con la urbe que Doug visita en sus sueños. "Me encanta esa idea de la ciudad como un collage de muchas ciudades diferentes", detalla Burns.

"El título original de 'El almuerzo desnudo' fue 'Interzona', una ciudad imaginaria basada en los lugares donde Burroughs había vivido. Esa clase de lugar, o el mundo en el que te introducen las historias de Tintín, provoca esa sensación de diferentes culturas e influencias cercanas que se mezclan en las vidas de todos nosotros", analiza.

Tóxico es el primer volumen de la nueva trilogía del artista, que ya ultima los detalles del segundo ejemplar: La colmena. "Siento que me hago un flaco favor cuando trato de describir mi trabajo, porque no soy una persona muy elocuente. Solo quiero que mis lectores le den vueltas en la cabeza y que lleguen, o no, a alguna conclusión, pero siempre por sí mismos", remata.

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