Como contó 20 minutos, en su edición del 28 de marzo, la pareja –él, musulmán paquistaní, ella, budista indonesia– comenzaron la pesadilla en Pakistán en 2002. Cometieron un crimen llamado amor y convivieron fuera del matrimonio; el islam prohibía el matrimonio mixto. Tuvieron un hijo sin reconocer. A raíz de esto, asesinaron al padre de Imran y ellos fueron torturados (a él le cortaron un pulgar y a Jenny la violaron).
«En Alemania –donde Imran y su familia pidieron por primera vez asilo– no me creyeron, pero España ha reconocido mi historia», explica Imran. «No me han dado sólo un papel, sino la vida. Se ha demostrado que el amor y la humanidad son más importantes que las religiones».
Más peldaños
La ONG Cantabria Acoge, que se ha encargado de ayudarles, también mostró ayer su alegría tras años de lucha. «El primer peldaño ha sido superado. La vida de los inmigrantes va por peldaños». Peldaños con los que ya sueña Imran: un permiso de trabajo, un negocio, un futuro para el pequeño apátrida y su niñita española.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios