El PP-A ha advertido de que el plan de reequilibrio que la Junta de Andalucía llevó ayer al Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) sitúa el endeudamiento de la comunidad a finales de 2013 en 23.907 millones de euros, el doble que en 2009.

El coordinador de política económica del PP-A, Rafael Carmona, ha manifestado en rueda de prensa junto a la portavoz del partido, Rosario Soto, que el CPFF celebrado este miércoles ha supuesto un "tremendo suspenso" tanto para el Gobierno central como para la Junta de Andalucía.

Ha señalado que la imagen de la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, fue de "derrota" y que la consejera andaluza de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, desempeñó un "papel insignificante".

Carmona ha criticado la "discusión" entre Salgado y Aguayo en relación con la deuda que Andalucía tiene que abonar al Estado por la liquidación de la financiación autonómica correspondiente a los años 2008 y 2009. "No se ponen de acuerdo", según ha señalado el dirigente popular, en referencia al hecho de que el Gobierno central la cifre en unos 6.000 millones y la Junta de Andalucía la sitúe en 3.500 como mucho.

Por ello, ha exigido al Ejecutivo andaluz que aclare cuánto se debe al Estado porque es importante que los andaluces sepamos cuánto se tiene que devolver.

Asimismo, ha expresado la "absoluta desconfianza" del PP-A con el Plan de reequilibrio de la Junta de Andalucía que ayer se aprobó en el CPFF porque "todas las estimaciones de ingresos son falsas".

Según Rafael Carmona, en Andalucía hay gravísimos problemas de tesorería y se debe muchísimo dinero, de manera que prácticamente sólo hay para "pagar nóminas, luz y agua". "A eso se reducen los pagos que está haciendo la Junta", según ha apuntando, añadiendo que estamos en una "situación crítica".

Ha agregado que el plan de reequilibrio de la Junta lo único que hace es recortar inversiones, mientras que los gastos operativos se reducen mínimamente. Ha exigido transparencia a la Junta y ha apuntando que a los populares les gustaría saber "qué se van a encontrar" cuando lleguen a la Junta tras las próximas elecciones autonómicas.

Para Rafael Carmona, la complicada situación económica ha puesto de manifiesto las dificultades de las administraciones públicas para lograr financiación, debido a una caída muy importante de los ingresos. El camino, en su opinión, es reducir el gasto público y racionalizar los gastos operativos y no subir los impuestos.

La Junta de Andalucía, según ha recalcado, ha sido en los últimos años un ejemplo de "dispendio, de mal uso y de descontrol absoluto en los gastos". Asimismo, ha señalado que hay que acabar también con el incumplimiento en los pagos por parte de las administraciones porque ello sólo contribuye a deteriorar el tejido productivo y empresarial.

Ha abogado por converger hacia una nueva Ley de estabilidad presupuestaria, acompañada de un techo de gasto y de un máximo de endeudamiento.