La escultura del donostiarra Carlos Lizarriturry 'Árbol de la Vida', ha sido la pieza elegida para representar el "carácter universal y el humanismo" de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará durante el mes de agosto en Madrid, con la presencia de Benedicto XVI.

Esta obra tiene 2,70 metros de altura y casi tres toneladas de peso, y desde hace unos días ya puede ser contemplada en el parque de El Retiro de Madrid, donde será expuesta durante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud.

El escultor ha explicado que ha creado esta obra para convertirse en un punto de encuentro entre culturas. Su nombre, 'El Árbol de la Vida', según ha dicho, fue elegido por Carlos Lizariturry porque para él la pieza representa el origen.

"Un símbolo que une al hombre en todas las culturas, el árbol simboliza nuestro nacimiento desde la tierra, el desarrollo en su tronco y nuestras aspiraciones a unirse al cosmos a través de sus ramas", ha explicado.

Asimismo, ha indicado que la obra contiene una cruz en el vacío, que es "un símbolo universal y representa también el contacto del hombre con la tierra y el cosmos". A su juicio, "la cruz representa además la dualidad del hombre entre espíritu y cuerpo, produciéndose la mayor concentración de energía en la intersección del centro".

Lizariturry ha señalado que con esta escultura pretende "transmitir diferentes emociones a quien la contemple". "Debe tener muchas percepciones diferentes, la obra es tridimensional, hay que rodearla y verla desde todos los ángulos", ha explicado, para añadir que "la escultura no puedes leerla, o sólo verla, hay que tocarla". "El tacto es importante y te da más sensación de realidad, incluso más que la propia vista", ha agregado.

'Árbol de la Vida' es el resultado de seis meses de trabajo de Carlos Lizariturry junto a un ayudante en los que han forjado el hierro, un material que responde "como plastilina" según Lizariturry y "era lo que pedía" esta escultura.