Orígenes y destinos
Uno de cada tres desplazamientos que se hacen en tren se efectúa dentro de la provincia vallisoletana (658.680). Los siguientes destinos donde más vamos en tren son Madrid (328.620 viajes al año) y Palencia (305.050).
La pérdida de viajeros también ha ido aparejada al cierre progresivo de las estaciones. De hecho, sólo tres están abiertas todo el día: Valladolid, Medina del Campo y Valdestillas. Otras cinco cuentan con personal para controlar el tráfico y el resto han cerrado, sin que nadie venda billetes. El usuario lo adquiere del interventor, ya a bordo del tren.
Estaciones cerradas
Madrid-Irún: Ataquines, Gomeznarro, Matapozuelos y Pinar de Antequera.
Medina-Zamora: Pollos, Castronuño y San Román de Hornija.
Medina-Zamora: El Campillo, Carpio y Fresno el Viejo.
Agonía de una Estación
Cabezón de Pisuerga. La estación está a casi un kilómetro del pueblo. Un tren pasa a 160 km/h y no para. Así ocurre hasta 120 veces al día y sólo se detienen 14 regionales. Los viajeros que quieran ir a Valladolid tienen que cruzar dos vías, hasta el andén del fondo. Dentro de una oficina sólo está el jefe de estación, a punto de terminar su jornada laboral (son casi las 18 h) y ya no quedará ni un alma. Aunque casi nadie la utiliza, tres o cuatro personas al día la están arreglando. «Hay un dicho entre los nosotros que dice que cuando hacen obras en una estación ya puedes preparar las maletas», comenta un ferroviario del sindicato SCF. Lo que ocurre en Cabezón pasa también en Valdestillas, Pozaldez y Corcos. «Al final sólo va a quedar la de Valladolid, el resto serán automáticas», augura.
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