El grupo de prospección subacuática de Rande cuenta con equipamiento para rescatar y conservar restos arqueológicos

La escasa visibilidad del fondo es el principal obstáculo para verificar los puntos de interés
Técnico De Las Prospecciones En Rande
Técnico De Las Prospecciones En Rande
EUROPA PRESS
Técnico De Las Prospecciones En Rande

El grupo de investigadores que han iniciado las prospecciones subacuáticas en el estrecho de Rande cuentan equipamiento adecuado para, en caso de encontrarse restos valiosos, poder rescatarlos y conservarlos, y evitar así el expolio.

Así lo ha explicado este viernes en rueda de prensa el director de la investigación, el arqueólogo Javier Luaces, quien ha reconocido que "será extraño" que se puedan encontrar elementos susceptibles de ser extraídos a la superficie porque los pecios que están en el fondo de la ría se encuentran cubiertos por capas de sedimento que pueden tener varios metros de espesor. Asimismo, ha constatado que la escasa visibilidad en el fondo —las investigaciones se llevarán a cabo a profundidades de entre 5 y 30 metros— es un factor de dificultad.

Luaces ha explicado que, en esta fase de la investigación, los buzos tratarán de verificar aquellos puntos de interés que fueron localizados mediante estudios geofísicos previos, realizados en 2007. Estos estudios constataron la existencia de al menos 30 puntos en los que los ultrasonidos captaron distorsiones en el lecho marino. "Eso no quiere decir que haya 30 galeones hundidos, o que todo lo que haya allí sea del siglo XVIII", ha señalado, en referencia a los restos arqueológicos de la Batalla de Rande, que tuvo lugar en 1702.

Además, este investigador ha recordado que las piezas arqueológicas extraídas del mar tienen un inconveniente añadido —además de las dificultades de una excavación que se realiza en el agua y de los lodos y algas que puedan cubrir los pecios—, y es que la conservación de las mismas es más problemática. CONSERVACIÓN

Así, ha precisado que, en el caso de barcos pequeños, sí se han podido extraer de los fondos marinos y restaurar con un tratamiento especial para secar la madera. Ante el eventual rescate de alguna parte de un galeón, Luaces ha señalado que el mecanismo más adecuado para su conservación sería la inmersión del pecio en un gran acuario con agua, con los tratamientos adecuados para que la madera y otros materiales no desaparecieran definitivamente.

Estas prospecciones se enmarcan, según ha señalado el director xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta, José Manuel Rey, en un convenio —por valor de 75.000 euros— firmado por la Consellería de Cultura y por el Ministerio de Cultura, dentro del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.

Estas inmersiones, junto con otras en la zona de Corcubión y en la mariña lucense, permitirán seguir desarrollando durante el 2011 la carta arqueológica subacuática de Galicia. Rey ha señalado también que todos los restos que puedan ser rescatados en Rande, serán identificados, catalogados y depositados en el Museo del Mar de Galicia, en Vigo.

El director xeral también ha manifestado la "voluntad política" de la Xunta de que se mantenga esta cooperación "interadministrativa", para que los trabajos iniciados esta semana —y que se prolongarán sólo unos días más— puedan tener continuidad con una fase posterior de excavación y extracción de material.

Mitos y realidad

El arqueólogo Javier Luaces ha hecho referencia, a preguntas de los medios, al mito de los galeones hundidos durante la Batalla de Rande, y más concretamente, a uno de ellos, el Santo Cristo de Maracaibo que, según dice la leyenda, iba cargado de oro y plata cuando se hundió en la ría de Vigo. "Todo el mundo habla del cargamento de metales preciosos, y dice que sabe dónde se hundió, pero nadie lo desvela", ha ironizado este investigador.

Luaces ha puesto en duda que el Santo Cristo de Maracaibo se hundiese lleno de oro, puesto que en aquel momento de la historia, había más cargamentos de plata. No obstante, ha puntualizado que no se puede descartar del todo que este barco llevase oro y otros tesoros de contrabando en sus bodegas. "Es una historia bonita, que se puede explotar turísticamente", ha añadido, y ha afirmado que "alguna vez aparecerá ese barco, si se mantienen los estudios sistemáticos en la ría".

Con respecto a prospecciones y expediciones a los fondos marinos de la ría realizadas anteriormente, el arqueólogo ha reconocido que éstas existieron "desde el momento posterior de la batalla", aunque ha precisado que, hasta los años 90, se trataban más bien de "rescates de objetos en busca de oro".

En ese sentido, ha lamentado que muchos objetos rescatados del fondo marino, como cañones o anclas, fueron abandonados en fincas o utilizados sin el menor tratamiento, conservación o catalogación, por lo que "ese patrimonio se ha deteriorado a lo largo de los siglos". Asimismo, ha hecho mención a la necesidad de que haya una mayor vigilancia para evitar la acción de los cazatesoros, especialmente en aguas exteriores, porque "por desgracia, podría repetirse el caso de Odissey".

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