En declaraciones a Europa Press, Carbonero ha lamentado que "la rémora de la economía andaluza es que no hemos sido capaces de tener una estructura empresarial ni de apostar por el sector industrial ni por la generación de valor añadido", de forma que, a su juicio, "el empresariado andaluz ha apostado poco en líneas generales por el futuro y ha apostado mucho por la especulación".

"La rémora de Andalucía ha sido esa cultura histórica, asentada en nuestra tierra, del rentista, algo que es imprescindible cambiar, pues aunque hay empresas que están en otra dimensión, hay muchas sumidas aún en esa cultura rentista, que lastra tremendamente a Andalucía", ha aseverado.

Así, el dirigente sindical considera que "la evolución de la sociedad andaluza ha sido mucho mayor y con más vistas puestas en el futuro que la vista de los que han tenido el dinero en Andalucía y que podrían haber apostado por construir y un mayor desarrollo de nuestra tierra".

En ese sentido, Carbonero considera que "se debe desterrar la idea de que el dinero público debe ayudar a las empresas sin nada a cambio". "Los andaluces hemos sido muy generosos con el dinero público para ayudar a la creación de empresas y hemos sido poco exigentes con lo que hemos pedido a cambio y esa cultura tiene que cambiar", ha agregado el líder de CCOO-A, quien agrega que "el dinero público debe ser dinamizador de la economía, sostener las políticas sociales pero no puede seguir dando dinero a cambio de nada a muchas empresas".

Carbonero aboga por hacer "una autocrítica colectiva" en el sentido de que "todos apoyamos y fomentamos durante tiempo esas ayudas y esperábamos que quien recibiera esas ayudas iba a corresponder con generosidad y en muchos casos ha habido un número importante de receptores de dinero público que no han hecho un buen uso productivo del mismo, aunque, por otro lado, el dinero público ha salvado a muchas empresas y muchos empleos en Andalucía".

Por ello, Carbonero considera que las ayudas a las empresas "deben continuar pero debe ser reversible a las administraciones para que ese dinero público siga siendo útil".

Actitud ante las empresas

El dirigente empresarial dejó asimismo claro que en la relación actual que mantienen sindicatos y empresarios ante la ruptura de la negociación colectiva, el sindicato "no está enfadado con todas las empresas sino con las que no cumplen con la ley y la legislación y se aprovechan de la situación de crisis, con más de cinco millones de parados, para aumentar sus ventajas sin poner absolutamente nada de su parte para salir de la situación en la que estamos".

En ese sentido, deja claro que los sindicatos "vamos a tener beligerancia contra las empresas que quieran romper lo acordado en los convenios colectivos actuales".

"el debate no esta en la huelga general"

"Vamos a declarar hostilidad con aquellas empresas que no cumplan con la ley", ha agregado Carbonero, quien, no obstante, apunta que la "vocación" del sindicato "no es la conflictividad sino acordar, negociar y que eso se cumpla, pero con los que no cumplan seremos absolutamente peleones", ha aseverado el líder sindical, quien cree que el debate no está ahora mismo en convocar una huelga general, pero sí convocará huelga o movilizaciones "en todas las empresas y sectores que no cumplan lo acordado".

Ha agregado que cuando se hace huelga general "pensamos muy bien para qué la hacemos y ahora nuestro debate no es ver si convocamos huela general, sino en resolver los problemas de la gente y la conflictividad irá en rechazar las políticas que emanan de la derecha conservadora de la UE y que con absoluta docilidad el Gobierno de Zapatero la esta aplicando sin contestar a ninguna y en mantener los derechos en las empresas".

En ese sentido, si deja claro que "las movilizaciones se irán intensificando y nunca se descarta ninguna movilización pero la huelga general no es el debate ni lo que necesitan los trabajadores ni la economía; pues mientras una manifestación o protesta es a coste cero para los trabajadores, la huelga general tiene un coste económico para trabajadores y empresas, al tener que parar la producción".

A su juicio, "es una absoluta equivocación la del que piensa que la crisis es una coartada para el retroceso de derechos y nuestra pelea será para buscar espacios de negociación andaluza y estatal con los empresarios". En ese sentido advierte de que "aquellos empresarios que quieran aprovechar las posibilidades de ruptura en la negociación colectiva deben pensar que están jugando a un juego que se les puede volver en contra porque se desarrolle una diversidad tal de condiciones de trabajo que en muchas empresas se puede generar competencia desleal entre sociedades del mismo sector, que les va a perjudicar".