Según Gil, «el accidente laboral no puede ser un impuesto de sangre que paga el trabajador al empresario, al que muchas veces le trae a cuenta indemnizar a su empleado y eludir la causa penal «la empresa paga y la víctima retira la denuncia».

En lo que va de año, Inspección de Trabajo ha enviado a la Fiscalía unos 600 expedientes (casi siete al día) por irregularidades en empresas que no reúnen las condiciones de seguridad debidas.

En ellas no se ha producido ningún accidente, pero tienen todas las papeletas para que se dé. Inspección las sanciona y la Fiscalía investiga si han incurrido en delito.

Esta cifra supera con creces a los 400 expedientes de todo el año pasado, y de los que, apunta Gil, un 20% acaba en los tribunales.

Por todo ello, fiscales y sindicatos mayoritarios (UGT y CC OO) firmaron ayer un convenio para trabajar juntos y así prevenir los siniestros laborales.

Para muestra, un botón. Dos trabajadores resultaron heridos ayer al desplomarse las plataformas del andamio sobre el que trabajaban y caer desde una altura de dos metros en Alicante.

El arnés brilla por su ausencia

A veces, limpiar cristales resulta más peligroso que andar por la cuerda floja. Así lo demuestra el trabajador de la foto (tomada anteayer en la calle San Vicente de Valencia), subido en una cornisa para limpiar los cristaleras de una finca, sin arnés ni protección de ningún tipo.