El inspector hispano-argentino Héctor Salgado pone el punto de mira en la Barcelona detectivesca como eje central de un thriller que recuerda a la mejor tradición reciente sueca. Su autor es el debutante Toni Hill (Barcelona, 1966) y su novela ha despertado el interés de 11 países europeos.

¿Por qué cree que su primer libro es un fenómeno editorial casi antes de publicarse?

En parte por Barcelona, no me voy a engañar. Y también por la saturación del thriller nórdico. Ahora ha aparecido una obra clásica del género en la que hace calor en lugar de frío y nieve (ríe).

¿Qué le parecen las sagas del tipo de la de Stieg Larsson?

Pues que están muy bien, no necesariamente por ser suecas. Y_aunque son una moda, son novelas interesantes. Aunque a veces, como lector, me paso media novela hasta saber si los personajes ¡son hombres o mujeres!

Héctor Salgado trabaja como mosso d’esquadra.

En las novelas de antes la Policía era mala. Pero Héctor es un tío corriente que un año antes tenía una vida muy normal. Pero se le ha desmontado. Héctor dice que «da igual en qué cuerpo policial estés, hacer justicia es muy difícil». Pero él cree que la verdad, por lo menos, se ha de saber. Es un idealista y se aleja de los clichés, es un lobo solitario por casualidad.

La familia de la víctima es de la clase alta y con aspiraciones políticas. Nada de lumpen.

Porque la novela policiaca se suele mover por dos vías:_el narcotráfico y la marginalidad, que yo conozco poco,_y los personajes. En este caso, como se investiga una red de trata de blancas subí a los personajes del Gòtic a la zona alta de Barcelona.

¿Hay varios culpables del caso?

Hay uno solo y la trama se resuelve en la novela. Me da rabia los thrillers que no resuelven o quieren ser más que un thriller. En ese caso, no expliques esa historia o escribe otro género.

¿Tener la carrera de Psicología ayuda a dibujar personajes de novela negra?

La estudié hace 20 años y no la ejerzo, pero queda una visión de la vida que me ha ayudado a que me preocupara de crear personajes con una alta carga psicológica. Reivindico además la vida de los personajes secundarios. Si no, hubiera escrito James Bond. Esta novela es coral.