La policía está "siguiendo el rastro" del párroco de Ampuero, Adolfo Linares, del que se perdió la pista el pasado domingo en Ibiza, donde se encontraba de vacaciones.

En concreto, los investigadores están "desandando" los pasos dados por el cura en la isla y hablando con gente de su entorno y las últimas personas que pudieron estar en contacto con él, según han indicado fuentes del Obispado de Santander a Europa Press.

Han explicado, en declaraciones a esta agencia, que se están visitando los lugares en los que estuvo antes de desaparecer para tratar de obtener información.

Así, se están "dando pasos" en la investigación, aunque de momento no hay ninguna hipótesis sobre lo que le ha podido ocurrir. De momento, se sabe que el sábado pasado, 9 de julio, Linares no devolvió una moto que había alquilado el día anterior para recorrer la isla, y que apareció después "bien aparcada" en una zona de acantilados.

Este hecho ya levantó "sospechas", pero la "preocupación" llegó el domingo, día 10, cuando no se incorporó en la parroquia de Ampuero, más si se tiene en cuenta que es "un hombre puntual, metódico y serio" en sus compromisos, según destacan en el Obispado.

También recuerdan que a mediados del pasado mes de junio, durante los días 14 y 15 y con motivo de la visita pastoral a la comarca del Asón, el obispo de Santander, José Vicente Zamora, se reunió con Linares.

El párroco estuvo con el prelado y le acompañó en algunos de sus desplazamientos por la zona. Posteriormente, a principios de julio, el párroco se fue de vacaciones a Ibiza, donde se le perdió la pista.