Por razones históricas obvias, Jorge V cambió el nombre de su dinastía, Sajonia-Coburgo-Gotha, por el de Windsor, renunciando a las prerrogativas y títulos alemanes que ostentaba la familia real inglesa.El apellido Battemberg, que ostentaban algunos de sus miembros, fue cambiado por Mountbatten, para no herir los delicados oídos de los súbditos ingleses, tan sensibles a todo lo que sonara a germano.

A la muerte de Jorge V le sucedió su hijo, el primogénito, Eduardo. Isabel  la hija mayor del Duque de York , hermano menor del soberano, nunca pensó que pudiera llegar a convertirse en Reina algún día.

Sin embargo, una historia amorosa cambiaría el destino de Isabel . El reinado de Eduardo VIII fue uno de los más breves de la historia de Gran Bretaña. No alcanzó el año, y el soberano ni siquiera llegó a ser coronado oficialmente. Ante la oposición del Gobierno a que contrajera matrimonio con la americana divorciada Wallis Simpson, decidió renunciar al trono para poder casarse con su amada.

Y abdicó en favor de su hermano, el padre de Isabel, futuro Jorge VI, a quien no le hacía ninguna gracia convertirse en Rey.

Hasta la coronación de su padre, la hija de los duques de YOrk había recibido la educación propia de una jovencita de la alta sociedad británica. Ella y su hermana Margarita estudiaron en el hogar familiar con una institutriz escocesa graduada por la Universidad de Edimburgo.

La coronación de su padre cambió su vida por completo, y al convertirse en heredera tuvo que comenzar a estudiar inmediatamente historia y derecho constitucionales, y su incorporación a las actividades oficiales no se hizo esperar.

A los dieciséis años fue nombradacoronel de la Guardia de Granaderos. En 1943 pronunciaba su primera alocución pública como presidenta de un hospital infantil y a los dieciocho fuenombrada consejera de Estado.

Ni su madre ni ella perdonaron nunca a Wallis Simpson ni a su tío, el duque de Windsor, el lío en el que las había metido.

Mujer de caracter fuerte y voluntarioso, se enfrentó a su padre para incorporarses durante la guerra en el servicio militar nacional como transportista. Al terminar la guerra ostentaba el grado de comandante del Servicio territorial auxiliar.

Noviazgo y coronación

En los años 40 inicia su noviazgo con Felipe de Mountbatten, hijo del príncipe Andrés de Grecia y tataranieto de la Reina Victoria,  pariente de nuestra soberana, la Reina Doña Sofía. Felipe, el más guapo y alto de los jóvenes de la realeza europea, era pobre como una rata, pero Isabel se enamoró perdidamente de él.

La boda entre el "ceniciento" de la realeza y la mujer que después sería considerada como una de las más ricas del mundo se celebró el 20 de noviembre de 1947 en la abadía de Westminster.El consorte de la reina ostenta los títulos de duque de Edimburgo y príncipe de la Gran Bretaña e Irlanda.

Isabel II fue coronada reina a la muerte de su padre, el 2 de junio de 1953. Con anterioridad a esta fecha, Isabel de Inglaterra ya había tenido dos hijos, el príncipe Carlos, nacido en 1948, y la princesa Ana, que vino al mundo en el año 1950. Después nacerían los príncipes Andrés y Eduardo, en 1960 y1964, respetivamente.

Mujer de fuerte personalidad, poseedora de un fino sentido del humor, dicen de ella que es una maestra en el arte de imitar a determinados personajes. Su especialidad es la cerdita Peggy de los Muppets, y también Margaret Thatcher, a quien odiaba profundamente.

A pesar de su inmensa riqueza tiene fama de tacaña. Ella misma se ocupa personalmente de que las luces de Buckingham estén apagadas por la noche, y según las  indiscreciones de algunos miembros de su servicio, que se han hecho ricos contando las interioridades de la familia real, en el hogar de la soberana no se tira nada que pueda servir para algo. Ni siquiera el papel de regalo usado con el que envuelve los obsequios para el servicio.

Su estilo en el vestir

Uniforme. Una gran variedad de vestidos monocolores en tonos fuertes siempre con el mismo corte, anclado en los sesenta. Siente predilección por los pasteles y los tonos fuertes: rojo , azulón, verde manzana, amarillo...casi siempre acompañados de un sombrero a juegto.

El bolsón, la prenda siempre menos acertada de su indumentaria, la acompaña siempre. No se lo quitó ni siquiera en el acto solemne de su coronación como reina de Escocia. Los escoceses no se lo han perdonado jamás.

Los escándalos y los disgustos familiares

Su conducta, desde el punto de vista moral, ha sido, a ojos de la mayoría de los ingleses, irreprochable. No así la de sus familiares. Isabel II ha tenido que hacer frente a numerosos escándalos relacionados con sus familiares: el divorcio de su hermana Margarita, ya fallecida, las posteriores relaciones de esta con Rody LLewlyn, el idilio de su hijo el príncipe Andrés con la actriz  Koo Stark , así como su boda y posterior divorcio de Sarah Ferguson; el abandono del ejercito por parte del benjamín, Eduardo de Inglaterra...

Y sobrevivió a Lady Di

Y lo peor, Lady Di. Nadie pensó, ni siquiera la perspicaz soberana, que la boda del heredero con la mosquita muerta de la más rancia nobleza inglesa pudiera llegar a poner en peligro una institución con once siglos de historia.

El problema es que algo no estaba previsto, Lady Di se casó enamorada con un hombre que ya tenía dueña, Camilla y no se avino a disimular y guardar las apariencias. El divorcio de Carlos, las confesiones de ambos conyuges y la muerte de Lady Di en circuntancias que aún están siendo investigadas pusieron la monarquía al borde del colapso.

Estos hechos han llenado miles de páginas de la prensa británica, pero ninguno de estos asuntos ha cambiado la opinión que, en general, tiene el pueblo británico de su soberana.

Isabel es la cabeza visible de una monarquía que encarna sus tradiciones e indisincracia natural muy exportables. Éste tal vez sea el motivo más importante para su supervivencia, a pesar de su alto coste  la monarquía aporta considerables recursos como reclamo turístico y folcórico. De hecho, no hay que olvidar que la boda de Lady Di, retransmitida en todo el mundo, reportó beneficios incalculables a la BBC.

Hoy Isabel II cumple ochenta años. Si ha heredado, como parece, la salud de hierro de su madre, es muy probable que Carlos, tan baqueteado, y quien aún se queja, como un frágil adolescente, de lo poco que lo atendió de niño su fría y distante s mamá, no llegue nunca a reinar.