Tres grandes temporales se registraron en el Golfo de Vizcaya de junio de 2007 a enero de 2009

Según un informe elaborado a partir de la información proporcionada por la Boya AGL
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EP/INFOMINHO
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Desde junio de 2007, cuando la Boya oceano-meteorológica Augusto González de Linares (AGL) comenzó su operación, y hasta el 24 de enero de 2009, se han registrado tres grandes temporales en el Golfo de Vizcaya.

Así consta en un informe elaborado a partir de la información proporcionada por la Boya AGL, situada a 22 millas frente a Cabo Mayor (Santander), a una profundidad de 2.850 metros, y que proporciona una oportunidad única de estudio de los procesos de interacción atmósfera-océano en aguas oceánicas del Golfo de Vizcaya.

En este trabajo, además de presentarse de modo general la serie temporal de datos meteorológicos y oceanográficos obtenidos por la boya AGL, se analizan algunos episodios especialmente destacables acontecidos desde su fondeo, como son los temporales severos y el oleaje extremo.

Según el informe, consultado por Europa Press, durante el último temporal estudiado, el 24 de enero de 2009, la boya registró un máximo individual en la altura de ola de 26,13 metros, el máximo valor registrado nunca hasta entonces por la red española de boyas.

Dadas las severas condiciones del temporal, la boya se liberó de sus anclajes y derivó hacia el Este durante dos días, hasta que fue recobrada cerca de la frontera francesa.

Según consta en el informe, los oleajes generados por los temporales de diciembre de 2007 y marzo de 2008, se debieron a vientos originados en bajas presiones con su centro al norte del Mar Cantábrico.

Esta bajas presiones crearon en el 2007 y 2008 alturas de ola de 15,22 y 19,77 metros respectivamente. En el caso del temporal de marzo de 2008, su altura significante (12,59 metros), ya supuso un récord en las medidas registradas por la red española de boyas.

El caso del temporal de enero de 2009, es más especial, ya que en esta ocasión el temporal fue debido a una ciclogénesis explosiva que elevó las alturas significantes y máximas a cotas sin precedentes en los registros españoles.

Una presión atmosférica de 980 hPa y una velocidad del viento sostenida de 83 kilómetros hora fueron capaces de generar unos oleajes de 14,88 a 26,13 metros.

Tal fue la fuerza de este temporal, que tras el paso de esta ola, la boya se soltó de sus anclajes y derivó hacia el Este, siendo recuperada unos días después cerca de la frontera francesa, señala el infome, elaborado por investigadores del Instituto Español de Oceanografía de Santander y la Agencia Estatal de Meteorología.

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