Tres de cada cuatro empleadas del servicio doméstico son inmigrantes

La mayoría son mujeres, según se desprende de un estudio elaborado por el proyecto EQUAL Madrid entre dos orillas del Fondo Social Europeo.

El estudio, que analiza específicamente la conciliación de la vida laboral y familiar de estas mujeres, desvela que las extranjeras a las que se contrata en los hogares madrileños suelen ser más jóvenes que las españolas que se dedican a la misma tarea; de hecho, cerca del 40% tienen entre 25 y 34 años.

Además, son ciudadanas que están más formadas, ya que la mayoría cuentan con estudios medios y superiores realizados en sus países de origen.

Problemas con las homologaciones

"Cuando vienen a España se ponen a trabajar en estos servicios porque, entre otros impedimentos, tienen muchos problemas con la homologación de títulos", asegura María de los Angeles Sallé, coordinadora del proyecto.

Los países de los que proceden estas mujeres, son sobre todo, de América del Sur -la mayoría, ecuatorianas, seguidas de colombianas y peruanas- y de Europa del Este -rumanas, ucranianas y polacas-.

Las dificultades de las mujeres extranjeras que trabajan en este tipo de servicios para conciliar su vida laboral y familiar son evidentes, según el informe, ya que "es un sector poco profesionalizado y la capacidad de adaptación de la empleada a los horarios de la familia para la que trabaja y la relación con esta, condicionan su situación y dedicación laboral", explica Gema de Cabo, coordinadora del estudio.

Sus niños hacen de madres

El informe también explica que las mujeres que tienen aquí a sus familias suelen buscar trabajos que les permitan atender a sus hijos, aunque en muchos casos, "los propios niños asumen responsabilidades no correspondientes a su edad para poder ocuparse de sus hermanos más pequeños mientras la madre trabaja", señala De Cabo.

Sin embargo, las mujeres que no han podido traerse a sus familias intentan mantener el control de los hijos y los vínculos en la distancia hablando por teléfono, fundamentalmente.

"Para estas mujeres, la reunión con sus hijos en un futuro próximo, ya sea en España o en su país de origen es la única vía para poder tener una vida en la que la conciliación adquiere su sentido normal", asegura la responsable del estudio.

El proyecto europeo "Madrid entre dos orillas" (2005-2007) ha sido creado para combatir el racismo y la xenofobia y pretende, a través de nuevas estrategias, crear mecanismos de apoyo que contribuyan a potenciar las culturas de la diversidad y a construir puentes entre la comunidad inmigrante asentada en Madrid y la comunidad autóctona.

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