Ya hay más familias que quieren acoger a un menor

En 2005, 137 hogares coruñeses recibieron a un niño con padres con problemas, 43 más que en 2004. Pero aún hay 24 niños en lista de espera.
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Tener una familia no es algo fácil para muchos niños coruñeses. Viven en centros de acogida a la espera de que alguien pueda cuidarlos mientras sus padres superan una adicción a las drogas, un problema económico o salen de un hospital.

Ese papel lo cubren las familias de acogida, dispuestas a dar a estos pequeños una educación, y sobre todo, mucho cariño mientras sus padres no puedan. Y cada vez hay más: en 2004 había en la provincia de A Coruña 94 familias acogedoras, y un año después se apuntaron a este programa de Cruz Roja y la Xunta 137 familias, un 46% más.

A pesar de ese aumento, todavía hay 24 menores a la espera de estos «segundos padres», y en su mayoría son grupos de dos y tres hermanos. «Es más difícil encontrarles una familia. A veces lo resolvemos llevándolos a distintas familias», explica Elena Rodríguez, coordinadora de Infancia e Inclusión Social de Cruz Roja.

¿Cómo apuntarse?

El proceso para ser una familia acogedora es muy sencillo. El primer paso es una entrevista personal en la sede de la Cruz Roja, en Zalaeta. «Vienen todos los miembros de la familia, se les explica el programa y se les da la solicitud, sin ningún compromiso», afirma Elena Rodríguez. Después, una vez recibida la solicitud, Cruz Roja visita el domicilio y les hace tests psicológicos y varios cursos de formación. «Todo para darle a cada niño lo que necesita», dicen.

Los padres de acogida tienen entre 35 y 50 años, y el 50% tiene hijos propios. «Lo mejor de esta iniciativa es que es una alternativa a los centros de acogida y que los niños nunca pierden el contacto con sus familias durante ese periodo. Cuando vuelven con sus padres, la familia de acogida los puede seguir viendo. Son como unos tíos», afirman.

Isabel García periodista

«Es muy gratificante ayudarles a crecer»

¿Qué podemos hacer para ayudar a esos niños que lo pasan tan mal?

Eso fue lo que se preguntaron un día hace cinco años Isabel y su marido, y cuando se enteraron del programa de la Cruz Roja no dudaron en convertirse en una familia acogedora. Y ya han repetido: primero tuvieron a Alejandro, y ahora a Carlos y a Belén, dos hermanos de tres y cuatro años.

¿Por qué decidieron participar en este plan?

Nos casamos, tuvimos tres niños y no queríamos adoptar, pero sí echar una mano temporal a quien lo necesitase. Fuimos a Cruz Roja y nos apuntamos.

¿Lo más difícil?

La madre de estos niños era drogadicta, pero ahora está mucho mejor. Fue duro ver cómo ella también sufría al separarse de sus hijos, pero ahora sabe que no se los queríamos quitar, sino ayudarla a superarlo.

¿Y lo mejor?

Es muy gratificante ayudarles a crecer y saber que no les supone un trauma.

¿Los niños se adaptan?

Sí, saben que sus padres están enfermos y lo aceptan.

¿Qué les diríais a los que estén pensando en acoger?

Que es una experiencia preciosa y que merece la pena ayudar a los demás.

Bio

Isabel vive en Pastoriza y en su casa ya son siete personas. En el año 2000 se animó a acoger a niños porque también tenía hijos de la misma edad. «Es como si una amiga me pidiese que le cuidase a sus pequeños», dice.

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