Un informe de Orkestra prevé una disminución de la población activa en 2020 que podría retrasar la edad de jubilación

Según las previsiones, en diez años habrá menos gente que puestos de trabajo, lo que podría suponer pérdida de competitividad
Representantes Del Instituto Vasco De Competitividad.
Representantes Del Instituto Vasco De Competitividad.
ORKESTRA
Representantes Del Instituto Vasco De Competitividad.

El informe de Competitividad del País Vasco 2011, elaborado por Orkestra- Instituto Vasco de Competitividad-Fundación Deusto, prevé una disminución de la población activa en 2020, lo que puede obligar a aumentar la edad de jubilación.

Según el estudio, la población activa vasca (situada entre los 16 y los 64 años) se estima que pase de 1.047.172 personas en 2010 a 918.474 personas en 2020.

El análisis indica que en 2020, en el País Vaso habrá menos gente que puestos de trabajo, una "buena noticia" en lo que se refiere al desempleo pero que podría no resolver la demanda de los mercados y plantear una pérdida de competitividad por el aumento de costes salariales que supondría.

En ese sentido, el director general de Orkestra, José Luis Curbelo, ha afirmado que "lo que, por una parte, desde la perspectiva del mercado de trabajo puede ser la buena noticia de que probablemente el desempleo se va a ir absorbiendo relativamente fácil en lo próximos años, tiene una lectura negativa de que vamos a tener un mercado de trabajo con profundas tensiones".

Desajustes y desequilibrios

De cumplirse estas expectativas demográficas, cabría esperar, según el estudio que se "produjeran desajustes de oferta/demanda en el mercado laboral, desequilibrios en los costes salariales (con tensiones al alza), escasez de ciertas competencias laborales, necesidad de incrementar de manera importante la productividad del factor trabajo, menor movilidad laboral o limitada diversidad profesional.

Ante este horizonte y esas "tendencias estructurales", el estudio presentado en la Universidad de Deusto por el director general de Orkestra, José Luis Curbelo, acompañado del resto de los directores de área del Instituto, plantea las actuaciones que se pueden adoptar en el presente para "mitigar los desequilibrios".

Las acciones "paliativas" que baraja el informe pasarían por un aumento de la tasa de actividad, con el fomento del empleo a tiempo parcial o la restricción a la jubilación anticipada, el aumento de la edad de jubilación, con acciones como la como la prolongación voluntaria de la vida laboral por encima del límite legal. Por último, se plantea un aumento de la productividad, que debería ir acompañado de una tabla de incentivos salariales

El informe pone de manifiesto que la Comunidad Autónoma Vasca "no sólo no es ajena a la tendencia descendente de la población activa en Europa y al aumento incesante en la esperanza de vida de los trabajadores europeos, sino que es uno de los territorios en los que su población está atravesando un proceso de envejecimiento acelerado".

Según el informe, "particularmente preocupante es el descenso, en la presente década, del 25 por ciento de la población entre 25 y 44 años, un rango de edad crítico al ser el que presenta mayores índices de productividad, capacidad innovadora y actitud positiva ante el emprendimiento.

En este contexto, el estudio hace hincapié en la necesidad de "frenar y revertir" ese descenso o mejorar la productividad individual de los ciudadanos.

Por ello, de "particular interés" es la "posibilidad de extender la vida laboral de la población, de incrementar la productividad media de la misma a través de mayores inversiones en activos fijos y de incorporar, en actividades de mayor valor añadido, a la población inmigrante extranjera ya residente en Euskadi.

Asimismo, sería importante "atraer personal cualificado" del resto de España y del extranjero y fomentar la movilidad de personal altamente cualificado y de inversión extranjera directa.

En esta materia, el análisis concluye que el "principal desafío" para Euskadi es "fomentar la adquisición de conocimientos transversales y competencias que permitan competir en entornos complejos, incluida la capacidad de aprendizaje permanente". INTERNACIONALIZACIÓN

Por otra parte, el estudio aboga porque las instituciones vascas impulsen políticas de internacionalización específicas en sectores en los que Euskadi "sí presenta saldos positivos como son los servicios financieros y a empresas y el turismo".

El informe indica también que se está infrautilizando el conocimiento del colectivo de inmigrantes y que "no se explotan sus capacidades de aprendizaje", al tiempo que destaca, asimismo, la importancia de "impulsar la salida al exterior de las personas para aprender, incentivando su retorno en el momento óptimo de sus carreras".

Sugiere también mejorar la competitividad a través del fomento de la diversidad relacionada" y estableciendo "sinergias entre los actores relevantes del sistema".

En esa misma materia, se habla de la "innovación en la empresa", así como el emprendimiento. Según el informe, la actividad emprendedora "podría beneficiarse de una mayor coordinación institucional entre las instancias encargadas de propiciar un entorno favorable al emprendimiento", al tiempo que afirma que "es necesario superar los estrangulamientos de todo tipo que la obstaculizan".

El estudio indica que la economía vasca necesita "una mayor apertura", así como lograr una "mayor sofisticación" de sus productos, para "poder competir con los mejores".

Según se indica, "para crecer más", la economía vasca "no tiene otra opción" que aumentar sus cuotas de exportación, para lo cual esta economía "tiene que controlar los costes laborales unitarios" principalmente "mejorando la productividad", así como "diversificar la oferta productiva".

El análisis estudia la competitividad de la Comunidad Autónoma Vasca, mediante un análisis comparativo con respecto a las regiones europeas por un lado, y, con respecto a treinta regiones de referencia que son más parecidas en términos geo-demográficos y de estructura económica, por el otro.

"PARADOJA"

Este análisis arroja, según el informe una "paradoja", dado que Euskadi muestra "un buen desempeño" en PIB per cápita y renta disponible per cápita, así como en indicadores que reflejan dimensiones sociales del bienestar, tales como riesgo de pobreza y satisfacción con la vida, pero no ocurre así en indicadores "importantes" para alcanzar dichos resultados, tales como el empleo, y los niveles de innovación.

El Informe completa el análisis de la competitividad regional de la Comunidad Autónoma vasca con un análisis de su estructura de costes y productividad, estudiando, por una parte, los costes y precios que determinan la competitividad de sus productos y, por la otra, la cuota de participación de las exportaciones vascas en la economía global.

De este análisis se desprende que la competitividad manufacturera de Euskadi "ha disminuido en la última década" debido a que los costes por unidad de producto han crecido más en la Comunidad Autónoma Vasca que en la UE 15 y en EE.UU y están a un nivel "sustancialmente superior" de países potencialmente competidores como son los países de la ampliación. La pérdida de competitividad en costes "se agravó", además, durante el periodo 2000-2008, por la apreciación del tipo de cambio.

Según el informe, en cualquier caso, "y a pesar de esta pérdida de competitividad de los costes unitarios laborales y del deterioro del tipo de cambio, la participación de las exportaciones vascas en los mercados globales no se ha visto deteriorada", dado que "hay otros factores de competitividad más allá de la evolución de los costes, muy fundamentalmente la diversificación de la oferta productiva".

Por ello, "para crecer más, la economía vasca no tiene otra opción que aumentar sus cuotas de exportación y para ello tiene que controlar los costes laborales unitarios, sobre todo mejorando la productividad, así como diversificar la oferta productiva".

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