Condenado a 21 años y medio de cárcel el argentino acusado de matar a su expareja en Bellavista

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 21 años y medio de cárcel y al pago de una indemnización de 100.000 euros a Mariano Cristian Beade, el ciudadano argentino acusado de matar en octubre de 2007 a su expareja sentimental, identificada como Sara Rubio Alcaide, en la vivienda que la víctima habitaba en la calle Enamorados del barrio de Bellavista, en Dos Hermanas.

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 21 años y medio de cárcel y al pago de una indemnización de 100.000 euros a Mariano Cristian Beade, el ciudadano argentino acusado de matar en octubre de 2007 a su expareja sentimental, identificada como Sara Rubio Alcaide, en la vivienda que la víctima habitaba en la calle Enamorados del barrio de Bellavista, en Dos Hermanas.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Audiencia Provincial condena al procesado a 20 años de prisión por un delito de asesinato con la agravante de parentesco, y a un año y seis meses de cárcel por un delito de robo de uso de vehículo a motor, así como al pago de una multa de 300 euros por sendas faltas de daños y hurto. Asimismo, indemnizará a los padres de la víctima con 376,31 euros por los daños producidos en un ordenador.

Hay que recordar que el jurado popular encargado de enjuiciar este caso declaró culpable por unanimidad a este ciudadano argentino "de haber dado muerte de forma intencionada y con sus facultades plenas" a Sara Rubio Alcaide, "impidiéndole cualquier tipo de defensa al encontrarse dormida o semidormida, por motivos relacionados con la relación de pareja que habían mantenido".

De este modo, se considera probado que la causa de la muerte de la víctima fue asfixia por sofocación y estrangulamiento y fractura de las dos primeras vértebras cervicales y de la médula, muerte "causada intencionadamente por el acusado después de agredirla de forma reiterada en la parte izquierda de la cara", añadiendo que el imputado "causó la muerte de forma sorpresiva, aprovechándose de que aquella estaba dormida o semidormida".

Rotura del ordenador

La sentencia, consultada por Europa Press, relata que el acusado y Sara "habían mantenido una relación de pareja durante dos años, habiendo convivido juntos durante ese periodo de tiempo con separaciones esporádicas por razones de trabajo o de ruptura que terminaban en reconciliación", y añade que la muerte "está relacionada con esa relación, que en el momento de los hechos se encontraba rota, habiéndose desplazado el imputado a Sevilla para reanudarla".

Agrega que el acusado rompió "intencionadamente" la pantalla de un ordenador portátil propiedad de la víctima, así como se apoderó de dos teléfonos móviles también de Sara. Tras cometer el asesinato, el imputado cogió las llaves del coche de la víctima con la intención de utilizarlo para desplazarse a Madrid, dejándolo abandonado en Leganés y cogiendo el vehículo de su empresa para ir al aeropuerto de Madrid, donde tomó un avión para abandonar la ciudad.

La Audiencia Provincial condena al procesado a 20 años de prisión por el delito de asesinato al entender que "las especiales circunstancias que concurrieron en la muerte dejan ver un grado de cobardía, frialdad, brutalidad y desprecio del acusado hacia la persona con quien había mantenido una relación sentimental, que revelan un grado de peligrosidad que justifica la imposición de la pena máxima".

Muerte "brutal" y "horrible"

En cuanto a la pena solicitada por la acusación particular en relación a la prohibición de acercarse a los familiares de la víctima, la Audiencia entiende que "no procede su adopción al no haberse concretado por la parte lugar, distancia y concreción de familiares a los que se refiere".

Por último, y en cuanto a la responsabilidad civil, calcula que la indemnización a favor de los padres de la víctima debe ser de 72.564,33 euros, aunque aplica un factor de corrección del 40 por ciento "dadas las especiales características del caso, atendida la forma horrible y brutal que utilizó el acusado para producir la muerte de la víctima y el enorme sufrimiento de los padres, ya no solo por la muerte de su hija, sino por la forma de morir de aquella". Así, cifra la indemnización en 100.000 euros.

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