Es la primera vez que me lo preguntan (risas). La película que hice en 1968 era muy buena, pero quería hacer una basada en el musical de Broadway, porque era la única forma de que no desapareciera.

¿Ha dejado libertad a Susan Stroman (la directora)?

La verdad es que he estado pegado a ella, diciéndole lo que estaba bien o mal y señalando cuándo repetir una toma.

¿Su primera opción para la película fue Nicole Kidman?

Sí, pero tenía conflictos por su agenda y pensamos que era peligroso contar con ella. Tenía demasiados proyectos.

Y entonces...

Recibimos una llamada del agente de Uma Thurman, que nos dijo que si contábamos con ella firmaría el contrato al día siguiente. Pensé que sería fantástico.

¿Cómo se preparó ella?

Trabajando durante diez días de siete de la mañana a siete de la tarde. Recibió clases de baile y de canto. Su trabajo ha sido increíble y se transformó, como un gusano que se convierte en mariposa.

Y usted, ¿ha rejuvenecido retomando la película?

Yo me siento estupendo, muy joven y fuerte (risas). La pena es que las chicas del coro del musical de Broadway no pensaban igual, y ninguna quería salir conmigo.

¿El humor es su terapia?

Todos los males que vive el mundo, a mí me afectan, pero el mundo necesita reírse, y a mí me gusta mucho hacer reír a la gente.

¿Cómo le sentó el poco éxito en la taquilla de los EE UU?

El problema es que salió en Navidad y tenía que competir con Las crónicas de Narnia, King Kong y Harry Potter, y hubo un choque de grandes filmes.

¿Sabe que habrá una versión del musical a la española?

Sí, y me encantan José Mota y Santiago Segura. Seguro que harán el musical estupendamente (se estrena en septiembre).

¿Cree que funcionará?

Estoy seguro de que sí, porque en España se canta y baila muy bien, mucho mejor que en otro países de Europa. Me encanta este país, tiene unas mujeres bellísimas.

Bio

Melvyn Kaminsky nació en Nueva York hace 79 años. Polifacético e infatigable, en su carrera ha destacado por su humor absurdo.