El petróleo alcanza un precio récord: 71,6 dólares

Es lo que costaba ayer el barril Brent, referencia en Europa. Este máximo histórico repercutirá en gasolinas, transporte, gas, incluso en los alimentos.
El precio del petróleo marca récords semana tras semana. El barril Brent, el de referencia en Europa, costaba ayer 71,62 dólares, su máximo histórico, diez más que a principios de 2006 y 17 más que hace un año.Esta imparable escalada de los precios del crudo repercute indiscutiblemente en los bolsillos de los consumidores. El litro de gasóleo A, el más utilizado, costaba ayer 97,6 céntimos, seis céntimos más que cuando comenzó el año. La sin plomo 95 valía ayer 106,6 céntimos, dos céntimos más que al inicio de Semana Santa y diez más que en enero.

Se resienten los carburantes, se resiente el transporte. Iberia, Air Europa y Spanair subieron la semana pasada sus tarifas para compensar  el aumento del precio del crudo. Iberia, diez euros el trayecto nacional y dos el intercontinental; Air Europa, nueve euros los vuelos nacionales y 56 los internacionales; Spanair, diez euros sólo los viajes nacionales.

A corto plazo, los billetes de autobús también pueden subir, al igual que los alimentos y todas aquellas mercancías que se transporten por carretera, avión o barco.

Gas, seguros, talleres...

La subida del crudo también puede repercutir al alza en los seguros del automóvil y los talleres. Asimismo, en la construcción, y, por tanto, en el precio final de la vivienda. Sin olvidar el gas, aunque el Gobierno no revisará su precio hasta julio.

Irán, Irak, Nigeria, China...

Las tensiones geopolíticas son la principal causa del espectacular incremento del precio del petróleo. La crisis nuclear en Irán, cuarto productor del mundo, y el conflicto iraquí (que dura ya tres años) están afectando al mercado. Tampoco hay que olvidar la situación que vive Nigeria, el mayor productor africano. Los nuevos brotes de violencia que está sufriendo este país tienen paralizado una quinta parte de su producción. China también está contribuyendo al alza del crudo. La avidez del gigante asiático por alimentar su farónico crecimiento económico está obligando a los principales suministradores a un esfuerzo especial, lo que repercute en los precios.

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