Más fuerte que otras veces, a Eduardo Noriega se le ve muy feliz por Blackthorn, donde encarna a un español que, desafiando el peligro, acaba como socio de un legendario ladrón.

¿Cómo se mete uno en un western español rodado en Bolivia?

Leí el guión hace siete años y ya me interesó. Cuando se sumó al proyecto Mateo, fue maravilloso:rodar con él, en el altiplano boliviano, me ha marcado para toda la vida.

Debe ser difícil trabajar allí...

No hay ninguna infraestructura para hacer cine y las carreteras son eternas y horribles, pero es una aventura. En medio del rodaje cogía el caballo y veía lugares increíbles.

Y, en la pantalla, cabalgaba al lado de Butch Cassidy...

Era osado: Cassidy había sido encarnado por Paul Newman en una película legendaria, Dos hombres y un destino, y para todo el mundo era él. Así de guapo, con Robert Redford al lado... Pero ojo con Sam Shephard. Con esa cara, esa planta y esa voz, es Cassidy.

¿Irá el público a verlo?

Es una película arriesgada, pero los españoles estamos muy identificados con ese género. Se ha visto mucho y reconocemos a los personajes, sus motivaciones... Como actor, es una gozada: ¡Te pones sombrero y espuelas, te subes a un caballo y está medio hecho! Además, permite sacar lo lúdico de esta profesión. Lo vives como un crío, rodando por el suelo y pegando tiros.

¿Se gusta en la pantalla?

Como en cualquier manifestación artística, siempre te quedas con la sensación de haber podido hacer más. Soy muy autocrítico. Es necesario para crecer, pero sin llegar a machacarte.

¿Nunca temió ir de sobrado?

Para actuar, es fundamental tener confianza en ti mismo. Pero tienes que jugar con ese límite: si te pasas, si vas de sobrado, te acabas por dar una hostia muy grande. Si te crees el amo de la pista, la has cagado. Lo he visto en algún compañero de la escuela de teatro, hace 15 años: era ya muy bueno, pero se creía el más guapo y el mejor. Ahora trabaja, pero muy poco. Tener demasiada seguridad en uno es tan nefasto como no creer en ti mismo.

Y a usted, ¿cómo le va ahora?

No me puedo quejar, porque se nota la crisis. Este año va a ser muy malo: como sigamos así, en 2012 se estrenarán cuatro películas españolas.