Ainhoa Arteta: «Soy un compendio de Julia Roberts y Letizia»

Sólo han pasado tres años del mutismo causado por la separación de su ex marido, el barítono Dwayne Croft, y la soprano Ainhoa Arteta se ha «multiplicado por cinco» en voz y en positivismo.
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BIO Nació en Tolosa (Guipúzcoa) en 1964. Repartió periódicos y fue peluquera para pagar sus estudios. Desde 1993 triunfa dentro y fuera de España.

Está feliz, enamorada y «olímpica» en los escenarios.

Hará Manon (de Massenet), y dice que será un «papel emblemático» en su carrera.

Es un personaje muy complejo. Las condiciones que tuvimos en Bilbao no eran las más halagüeñas, pero me vampirizó y salió muy bien.

Manon es intensa y rebelde, ¿cómo usted?

No soy una ludópata como ella, pero sí entiendo su carácter alegre. Ella goza de un amor verdadero, pero no se entera porque no apaga su sed de descubrir cosas.

¿Usted ha renunciado a algún gran amor?

No, siempre he sido muy cabezota y los he vivido con muchísima intensidad.

¿Se casaría otra vez?

No me lo planteo. Prefiero vivir la historia que tengo ahora, maravillosa. Hace más de un año conocí a esta persona (el jinete Jesús Garmendia) y me llena, me aporta la calma que necesitaba. Me llegó cuando yo ya no buscaba nada.

¿Cómo lo vive su hija?

De maravilla, se puede decir que somos una familia feliz.

Y haciendo balance, se sitúa...

En un sitio privilegiado. Me ha costado muchos años llegar a estar tranquila en el escenario. He conseguido aprender a cantar y lo utilizo como un instrumento que me ayuda a vivir con mi familia.

Así que en lo personal…

Sólo pido salud para poder disfrutar aún unos años más. Y ya sería la pera ver a los hijos de mis hijos crecer. Mi vida ha sido muy intensa, he experimentado muchas cosas bonitas. Al subirme en un avión, suelo pensar que si pasara algo, no me iría tan triste.

Dice que «lo mío y lo de mi tierra lo defendería siempre con uñas y dientes». ¿Ahora más?

El momento de tregua es maravilloso. Pasear por el País Vasco y saber que nadie tiene que preocuparse de nada más que de disfrutar de su belleza, de lo bien que se come, de la gente... Ojalá consigamos entre todos la paz.

Cantó en la Casa Blanca, ¿lo haría en la Moncloa?

No me importaría. Antes de una sesión en el Congreso se debería hacer un concierto. La música amansa a las fieras.

¿Lloró a lo 'Pretty Woman' cuando fue a la ópera por primera vez?

Tendría 14 años. Pasé el verano en Francia y la familia que me acogió hizo el esfuerzo de llevarme al Palais Garnier de París a ver Las bodas de Fígaro. No sé si lloré. Sentí una emoción muy grande. Y lo que es la vida, en 1993 gané el premio Plácido Domingo allí.

No hemos hablado aún de él.

Para mí, Plácido y Marta (su mujer) son uno, y les tengo tantísimo aprecio… Siempre dispuestos a trabajar, a ayudar… Plácido es un antes y un después en la ópera y, además, está guapísimo.

¿Se parece usted a Letizia y a Penélope Cruz?

Mucha gente lo dice. Y en América me decían que a Julia Roberts. ¡Soy un compendio de todas! Y estoy encantada.

¿No es aburrido ser soprano y no ser diva?

No. Mi labor es entretener y punto pelota. No entiendo a los cantantes de ópera que se creen los papás de Tarzán. Los que sí tienen gran responsabilidad son los cirujanos de precisión, los arquitectos…

Ahora hará de Dulcinea en Berlín, y el año que viene de La Blanche. ¿Contenta?

Dulcinea es preciosa, y de La Blanche, me ilusiona meterme en la piel de una monja.

¿Alguna vez quiso serlo?

¡Sí! Como todas las que hemos ido a un colegio de monjas, ¿no? Aunque yo, en un convento, no aguantaría ni tres asaltos, por mi forma de ser.

Sin respirar

"Colecciono ranas"

Adora... El chocolate.

Detesta... La envidia.

Teme... La violencia.

Aspira a... Continuar siendo tan feliz como ahora.

Colecciona... Ranas.

Una manía. Santiguarme tres veces.

Un defecto. La precipitación.

Una virtud. Soy buena gente.

En dos palabras

«No recibo ni escribo ‘e-mails’»

¿Reza?

Sí.

¿Guarda algo debajo de la cama?

No.

¿Se sonroja si le halagan? Sí.

¿Miente?

Nunca.

¿Derechas o izquierdas? Como soy de la Real y del Athletic, pues de derechas y de izquierdas.

¿Cuántos e-mails recibe y contesta al día?

Ninguno.

Un libro.

La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, y la poesía de Pedro Salinas.

Un viaje. A cualquier sitio tranquilo, con mi familia.

¿Se mete el dedo en la nariz? Si me pica...

Un complemento imprescindible. Mi bolso y mi móvil.

¿Conserva amigos de la infancia?

Casi todos.

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