El acusado de dejar a otro en coma durante una reyerta reconoce la autoría del puñetazo pero alega defensa propia

La policía de Valladolid vincula al procesado y a otros dos presuntos coautores con las Brigadas Antifascistas (BAF) de ideología Sharp

El joven Ismael R.R, al que las acusaciones pública y particular responsabilizan de las graves lesiones sufridas en febrero de 2009 por José Ignacio C.Ll, quien a resultas de una reyerta registrada en la zona de copas de Cantarranas, en Valladolid capital, sufrió gravísimas lesiones que le mantuvieron en coma una semana, ha reconocido hoy la autoría del puñetazo recibido esa madrugada por la víctima, ha asegurado sentir lo ocurrido pero, al mismo tiempo, ha alegado que su único propósito fue el de defenderse de los golpes que su contendiente y dos amigos de éste le estaban propinando.

Durante el juicio desarrollado en el Juzgado de lo Penal número 3, que no ha quedado visto para sentencia ante la incomparecencia de un testigo clave, precisamente el menor Rodrigo de P. que presenció los hechos y que, supuestamente, fue el iniciador de la pelea, ya que ha presentado un parte médico que desaconsejaba su asistencia por padecer un síndrome de ansiedad, el principal acusado, Ismael R.R, ha insistido en que aquella madrugada del 28 de febrero de 2009 lanzó un puñetazo al lesionado en defensa propia pues estaba recibiendo golpes por todas partes. "¡Me llovían de todos los lados y acabé en el suelo molido a palos!", ha recordado el acusado, quien supone que su oponente caería al suelo acto seguido, aunque sin precisarlo porque, según ha añadido, se encontraba sangrando y "veía todo borroso".

Sobre el origen de la trifulca, Ismael R.R, de 18 años por aquel entonces, ha reconocido, en declaraciones recogidas por Europa Press, que el detonante fueron los términos de "¡mira qué rubia, mirá qué minifalda!" que dirigió su acompañante, el menor de 17 años Rodrigo de P, a una joven que pasó junto a ellos en compañía de su novio, lo que llevó a éste a encararse con ellos. Fue a partir de ahí cuando, tal y como ha precisado, tanto él como su amigo se enzarzaron a puñetazos con el novio desairado y al tumulto y en defensa de la pareja se sumaron entonces José Ignacio C.Ll. y dos amigos de éste, los también lesionados, aunque en menor grado, José Luis M.C. y José Miguel G.O, si bien Ismael R.R. ha negado que tocara un solo pelo a estos dos últimos.

El supuesto agresor, que, con carácter provisional, se expone a una pena global de siete años de cárcel y al pago de indemnizaciones de entre 44.000 y 57.600 euros, ha exculpado de lo ocurrido a sus dos amigos y compañeros de banquillo, Rodrigo G. y Sergio de la R, para cada uno de los cuales el fiscal solicita cuatro años de privación de libertad y distintas indemnizaciones, en el primero de los casos tras rechazar que participara en la refriega y asegurar que se limitó a separar a los contendientes y en el segundo al alegar que ni siquiera ese día se encontraba con ellos, versión que ha sido ratificada por ambos.

Si bien Ismael no presentó denuncia por las lesiones que asegura haber sufrido—alude a ojos amoratados, llagas en la boca y golpes en la tripa—hasta tres días después en la Comisaría de Delicias, el imputado ha explicado que el motivo no es otro que el mal estado en el que se encontraba, al tiempo que ha negado que durante ese tiempo permaneciera desaparecido tras enterarse por los medios de comunicación de que el receptor de su mandoble se hallaba en situación de coma. "Estuve durmiendo en casa de un amigo porque vivo con mis abuelos y no quería darles un disgusto", ha añadido, no sin antes rechazar de forma categórica que él y sus compañeros de banquillo pertenecieran a un grupo de ideología radical de izquierdas.

Amnesia total

Por su parte, el joven José Ignacio C.Ll, quien estuvo en coma una semana tras sufrir una fractura craneal y un coágulo en el cerebro, no ha tenido la menor trascendencia ya que éste padece una amnesia total sobre lo acaecido aquella noche y los únicos datos que maneja son los que sus amigos y también agredidos le han contado. Eso sí, el testigo, geógrafo de profesión y obligado ex jugador de fútbol sala, ha advertido de que desde entonces sufre graves cefaleas, sobre todo cuando por su trabajo se ve obligado a pasar más de cuatro horas ante el ordenador.

Bastante más trascendente ha sido la declaración de dos agentes de la Policía Nacional, quienes frente a la versión del principal imputado, corroborada por los otros dos acusados, y los intentos de su defensora por presentarle como un joven trabajador sin antecedentes policiales que perdió su empleo como soldador tras pasar en prisión siete meses y veinte días por estos hechos, se han mostrado rotundos al vincular a los tres encausados con las Brigadas Antifascistas (BAF), un grupo de ultraizquierda de ideología Sharp.

Los dos funcionarios han coincidido al señalar que Ismael, Rodrigo y Sergio, pese a carecer de antecedentes policiales, son ampliamente conocidos por la Brigada Provincial de Información al ser "asiduos" de toda concentración, manifestación y concierto que se precie de haber sido auspiciado por la extrema izquierda, aunque también han indicado que la presente agresión no tiene nada que ver con un enfrentamiento entre grupos de ideología contraria.

Además, los agentes, quienes han precisado que Ismael luce en su espalda un tatuaje con la leyenda 'Working Class Pride'_orgullo de clase trabajadora—, han explicado que si bien inicialmente sólo conocían la participación en los hechos del aludido, de quien aseguran que permaneció huido durante días al conocer la gravedad de lo ocurrido, la implicación de sus otros dos amigos, Rodrigo G. y Sergio de la R, fue corroborada más tarde por compañeros de la víctima a través de un reportaje fotográfico e incluso por el propio Sergio de P, el menor que dio origen a la pelea y cuya incomparecencia ha impedido hoy que el juicio quedara visto para sentencia.

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