La Serra de Tramuntana ha sido declarada este lunes como Patrimonio de la Humanidad en la categoría de paisaje cultural por parte de la Unesco por sus valores paisajísticos, culturales, históricos y etnológicos, según han confirmado a Europa Press fuentes del Ministerio de Cultura y del Consell.

La candidatura de la Serra de Tramuntana ha sido impulsada por el Consell de Mallorca con intensidad durante los últimos meses y ha contado con un fuerte respaldo ciudadano e institucional, como el de los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, o los príncipes, Don Felipe y Doña Letizia, quienes fueron algunas de las primeras autoridades en firmar el libro de honor de apoyo a su candidatura.

De esta manera, la Serra, junto a el Paisaje cultural de Konso (Etiopía), Fuerte Jesús (Mombasa) en Kenya y la Ciudadela de la dinastía Ho (Viet Nam), pasa a ser desde este lunes uno de los 878 sitios del mundo declarados patrimonio mundial.

Así lo ha inscrito el Comité del Patrimonio Mundial, que se encuentra examinando un total de 35 candidaturas de sitios naturales, culturales y mixtos en el curso de su 35ª reunión, que se celebra en la Sede de la UNESCO en París hasta el 29 de junio, reunión que ha estado encabezada por el hasta ahora director insular de Ordenación del Territorio, Jaume Mateu.

Durante la jornada de este lunes, representantes del Ministerio de Cultura se han encargado de defender la propuesta de la Serra, situada al noroeste de Mallorca, apoyados en un extenso estudio sobre los valores paisajísticos, naturales y culturales de la zona.

Otra de las claves de la candidatura se fundamentaba en la contribución de dicha declaración para el desarrollo de la economía y el turismo sostenible dentro de esta zona de alto valor ecológico.

El documento de la propuesta indica que la declaración abarca una zona denominada núcleo de 30.745 hectáreas unida a una superficie de amortización de 78. 617 hectáreas (52.760 de ámbito terrestre y una zona marítima de 25.857 hectáreas). En total, se abarca un total de 109.362 hectáreas.

La Unesco ha reconocido, de esta manera, el paisaje singular de la Serra que se ha formado durante siglos gracias a la presencia de diferentes generaciones y culturas. Una transformación en equilibrio del medio natural original a través de la mano del hombre, que ha supuesto la presencia de diferentes construcciones como los bancales para el cultivo del olivo y de viñas; la canalización y la conducción del agua con sistemas hidráulicos para conseguir zonas de huerto, así como las construcciones de 'pedra en sec' que han modelado el paisaje de las montañas.

El Consell ha destacado que la institución ha trabajado desde 2008 en la declaración, un proceso largo y exhaustivo que hizo un paso adelante el pasado mes de julio de 2009, cuando la Serra se convirtió en la candidata que representaba España ante la Unesco para el año 2010. Posteriormente, en febrero de este mismo año, el Gobierno central hizo efectiva la candidatura con la entrega de la documentación requerida por parte de la embajadora de España ante la Unesco en París, que validó la documentación recibida y confirmó la candidatura de la Serra.

La institución dirigida por Maria Salom ha remarcado que la Unesco ha sido muy exigente en todo el proceso de la declaración y ha reclamado, entre otras cosas, la delimitación concreta del elemento propuesto, que debe tener la máxima protección legal, así como un Plan de gestión que asegure la conservación de este elemento, peticiones que han sido cumplidas por la propuesta de la Serra.

Durante los tres años que el Consell ha trabajado por la declaración han sido muchas las campañas que se han promovido por sensibilizar la población, con la recogida de firmas y con diferentes proyectos didácticos dirigidos principalmente a escuelas de Primaria y Secundaria de Mallorca con el objetivo de divulgar la importancia de la protección, la preservación y la declaración de la Serra.

Esta declaración supone asegurar la preservación de los valores patrimoniales de Mallorca. Así, a partir de ahora se impulsarán acciones directas de rehabilitación y conservación del patrimonio cultural y natural, así como acciones destinadas a mejorar el conocimiento de estos bienes, a través de la elaboración de inventarios o cartografía del territorio.

La declaración implica, además, un reconocimiento internacional que sirve para el suyo desarrollo territorial sostenible, su utilización científica y pedagógica, sin olvidar la vertiente turística, puesto que la distinción significaría un incremento de la calidad de Mallorca como destino turístico, puesto que le añadiría nuevos valores de prestigio referidos al ámbito cultural y patrimonial.