El jurado popular ha rechazado que Cándido M.L. estuviese afectado por un "bloqueo mental total" y le ha declarado esta tarde culpable del asesinato en 2009 de su expareja sentimental Isabel S.S., a quien abordó con una escopeta de caza en una calle de Vélez Rubio (Almería), persiguió a tiros y posteriormente disparó a bocajarro en el pecho cuando ella intentaba refugiarse ya muy malherida en el taller de costura en el que trabajaba.

El veredicto dado a conocer en audiencia pública determina por unanimidad que el procesado, que enfrenta una petición fiscal de 18 años de cárcel por los 20 años que pide la acusación particular, actuó con la "clara intención de matar" a su excompañera y eliminó para ello cualquier posibilidad de "defensa o escapatoria". Concluye, asimismo, que Cándido M.L., de 62 años, preparó el crimen y que insistió en su objetivo hasta dar a la víctima "el certero disparo mortal".

Los miembros del jurado, que han desestimado también por unanimidad que pueda beneficiarse de reducción de condena o de indulto, han rechazado que, tal y como sostenía la defensa, el acusado actuase bajo un trastorno mental transitorio y han remitido al testimonio de los agentes de la Guardia Civil que practicaron su detención tras entregarse y que describieron su estado como "lúcido, frío y perfectamente consciente de lo que había hecho".

Han hecho referencia, asimismo, a la pericial de los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería que no apreciaron en Cándido M.L. "ningún trastorno que afectase a su capacidad cognitiva o volitiva". Para el jurado ha quedado acreditado en sala que su actitud era "incompatible" con el citado "bloqueo mental total" ya que sí tuvo "voluntad para disparar y perseguir" a Isabel S.S. e "incluso para recargar" la escopeta de caza.

El veredicto recoge, asimismo, como probado que el procesado, quien mantuvo una relación de dos años de convivencia con la víctima que se había roto unos meses antes, premeditó el crimen ya que tenía la escopeta "preparada en el coche con suficiente munición", se desplazó a una calle "por la que sabía que solía pasar de manera habitual" e "insistió en su ánimo de matar hasta darle el certero tiro mortal".

Cándido M.L. esperó en septiembre de 2009 con el arma "cargada" a Isabel S.S. y cuando la vio, salió del vehículo y le disparó a una distancia de un metro y medio. La bala impactó en el tercio superior del brazo izquierdo y le causó una herida de "riesgo vital". A continuación, ella comenzó a recorrer los alrededor de 80 metros que le separaban de su lugar de trabajo perseguida por el procesado, quien cayó al suelo y disparó una segunda vez sin llegar a alcanzarle tras lo que recargó la escopeta con nuevos cartuchos.

Una vez ella entró en el taller de costura, donde intentó refugiarse entre las máquinas de coser y aprovechando su estado, le apuntó al pecho a menos de un metro y le disparó una tercera vez, lo que le ocasionó la muerte por shock hipovolémico. Tanto fiscal como acusación particular calificaron los hechos como un delito de asesinato, en el primer caso con la agravante mixta de parentesco, por lo que interesan penas de 18 y 20 años de prisión, respectivamente.

Durante la primera jornada de la vista oral, que se ha prolongado a lo largo de siete sesiones desde que comenzó el pasado día 13, el procesado aseguró que "no sabía lo que hacía" cuando disparó en hasta tres ocasiones contra ella y declaró ante los miembros del jurado, a quienes aseguró estar afectado por una "depresión" cuando sucedieron los hechos, que estaba "muy arrepentido" y que sentía "pena por haberle quitado la vida a una persona joven con 45 años".