Fervor de los sevillanos y asombro de los turistas en las procesiones de la 'Madrugá' del Viernes Santo

Sevilla vivió anoche una una vibrante Madrugá de Viernes Santo sin incidentes destacables y con una enorme afluencia de público, especialmente en los lugares más próximos a la carrera oficial, ocupada por sillas y palcos de pago, y en las salidas de las cofradías de los templos.
El paso de la Virgen de La Macarena al comienzo de la estación de penitencia de esta hermandad (Efe).
El paso de la Virgen de La Macarena al comienzo de la estación de penitencia de esta hermandad (Efe).
Efe
El paso de la Virgen de La Macarena al comienzo de la estación de penitencia de esta hermandad (Efe).

El público de Sevilla volvió a demostrar que los incidentes de la Madrugá del año 2000 no fueron más que un hecho puntual y que en la capital hispalense las "bullas" tienen una suerte de organización interna para que no haya altercados de importancia, salvo algún conato de pelea abortado por la Policía, pese a las enormes aglomeraciones.

Durante la noche más larga de la Semana Santa, que comparten los sevillanos con los turistas que ocupan en más del 90 por ciento hoy los hoteles de la ciudad, salieron a la calle las cofradías de la Macarena, el Gran Poder, el Silencio, los Gitanos, la Esperanza de Triana y El Calvario.

La Macarena, la Esperanza de Triana y los Gitanos pertenecen a la clase de hermandades conocidas en Sevilla como "de barrio", llamadas así porque van acompañadas de bandas de música y porque la gente no teme aplaudirlas e incluso jalear a sus Vírgenes, que estarán en la calle hasta pasado el mediodía.

Por el contrario, el Gran Poder, el Silencio y el Calvario son cofradías de recogimiento, regresan a sus iglesias al alba, llevan nazarenos de luto y pasos sin acompañamiento o sólo con música de capilla que son recibidos por el público con la respiración contenida.

Más de nueve mil nazarenos acompañan a estas seis hermandades en su estación de penitencia a la Catedral de Sevilla.

Las estrellas de la noche

El Gran Poder, que parece caminar hacia la cruz gracias al ritmo que imprimen al paso sus costaleros; el Señor de las Tres Caídas, con una larguísima chicotá del enorme paso de misterio; la Macarena, moviendo las bambalinas del palio al ritmo de la marcha que lleva su nombre, y la Esperanza de Triana, recibida con una lluvia de pétalos de rosa, protagonizaron algunas de las entradas más vibrantes en la carrera oficial.

"Guapa, guapa", gritaron muchos fieles a la Macarena, que lució el manto verde y oro de su coronación, y a la Esperanza a la salida de sus templos de la Resolana y de la calle Pureza en dos de los momentos más esperados de la noche.

Abrió la carrera oficial El Silencio, que pide la venia para entrar al Consejo de Hermandades y Cofradías de forma solemne, mediante un escrito, ya que sus nazarenos no pueden pronunciar palabra.

El Cristo de esta hermandad llevaba la túnica del delantal, recién remozada, como conmemoración de su 650 aniversario, y los ojos hoy han estado especialmente puestos en el Gran Poder, el "Señor de Sevilla", por el debate que ha suscitado la restauración a la que va a ser sometida esta imagen.

Entre los espectadores de la Madrugá, diez presos de la cárcel de Sevilla que han obtenido un permiso extraordinario y contemplan, vigilados y desde la Plaza de la Virgen de los Reyes, al final de la carrera oficial, el paso de las seis cofradías.

Decenas de miles de personas formaron auténticas riadas en el centro de la ciudad sea buscando las cofradías o el camino a casa ya a primerísima hora de la mañana, y los bares del centro y puestos ambulantes que se instalarondurante las fiestas les sirvieron café, chocolate y churros para ayudarles a sobrellevar el relente de la mañana.

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