El presidente autonómico de Cruz Roja, Aurelio Luna, ha asegurado que el denominador común en la mayoría de intervenciones que se produjeron el verano pasado fue "la imprudencia".

La mayoría de intervenciones, continuó, respondieron a Salvamento Marítimo por no respetar las indicaciones en las playas, convenientemente señalizadas y por el empleo de motos acuáticas por personas que no tienen la capacitación suficiente.

A su juicio, "bastaba simplemente haber tenido un mínimo de sentido común para que la persona no hubiera realizado estas acciones".

Curiosamente, añadió Luna, "la mayoría de las imprudencias se dan en una franja de edad que va desde los 18 a los 35-40 años de edad, fuera un poco del esquema tradicional de conducta adolescente".

Se trata, apostilló, "de personas que sobrepasaron ya la adolescencia, al menos desde el punto de vista cronológico, porque a la vista están sus conductas".

Tras lo que el presidente autonómico de Cruz Roja señaló, en la presentación de la guía-cómic 'Disfruta del agua y evita los riesgos' junto al delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, que controlar o sancionar el fenómeno conocido como 'balconing' que "la irresponsabilidad, falta de precaución son elementos que tienen difícil tratamiento".

"Lo que sí existe en algunos países, por ejemplo centroeuropeos, es que a la persona que comete una imprudencia se le realiza el cargo del coste de la intervención en ese acto", explicó, "lo que, aunque parece un contrasentido, empieza a tener cierta eficacia".

Pues, remarcó, "no hay pastillas para activar el sentido común" y la mejor manera de prevenir ese tipo de conductas "no es prohibir en intervenciones puntuales, sino en intervenciones previas, educando y transmitiendo de forma global que disfrutar no significa ser irresponsable".

Así como, continuó, que "asumir riesgos innecesarios es la peor manera de gestionar tu propio ocio, pero eso requiere de una transmisión y una actividad conjunta y coral".

Recibir sanciones

En este sentido, el delegado del Gobierno, Rafael González Tovar, señaló que "lo difícil es regular este tipo de prácticas porque muchas se producen en comunidades aisladas donde es difícil tener una actuación de nivel público".

Aunque, a su parecer, "habría que ser implacable con aquellas personas que no hacen caso a las recomendaciones de aquellos profesionales que están velando la seguridad en playas o piscinas y que hacen caso omiso del aviso del vigilante sobre el mal estado de la mar".

Así recordó Tovar que tirarse de cabeza desde balcones, árboles, o puentes o en zonas con poca profundidad puede provocar una lesión grave en la cabeza o en la espalda. Y es que, puntualizó el presidente autonómico de Cruz Roja, "el riesgo lo genera la conducta".

De hecho, según Luna, se habría que multar con una sanción administrativa a aquella persona que "no cumple las indicaciones del personal autorizado".

Ese efecto disuasorio "sí" debería tener en cuenta, pues es más, lamentó, "la gente confunde inconciencia e irresponsabilidad con valentía, pero habitualmente es algo que no coincide". Desde su punto de vista, deberían ser sancionados, por ejemplo, trabajando de socorrista o acompañando a uno de ellos "para que conociera esa realidad".

Al hilo, el delegado del Gobierno ha señalado que en las últimas temporadas ha habido un descenso "importante" en el número de medusas, y que, en principio, "está todo el dispositivo dispuesto por si aparecieran para actuar". Pero, finalizó, "parece que ha habido un descenso importante".