El poeta gaditano José Manuel Caballero Bonald ha destacado que el movimiento 15M y sus 'indignados" luchan contra "el abuso de poder" y han despertado "un punto de esperanza", ya que "cientos de miles de jóvenes" de forma "pacífica" han salido a las calles y han alzado "unas voces" que ya "no se pueden eludir".

Así lo ha señalado este viernes en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde ha inaugurado la décima edición de las 'Veladas Poéticas', en la que ha afirmado indicado que el movimiento 15M es "saludable". "Yo estoy con ellos", ha apostillado.

También ha explicado que los 'indignados' tienen dudas, algo que es "muy positivo" e "interesante" para formarse a sí mismo y buscar soluciones a las cosas. "El que está seguro de todo es el más parecido a un imbécil", ha recalcado.

Para Caballero Bonald, los 'indignados' se han planteado "una duda" y han decidido reivindicar que "el capitalismo haya convertido a la persona en mera mercancía", un hecho por el que "hay que luchar".

Pero el poeta gaditano ve "difícil" que el movimiento 15M elabore "un mínimo esquema organizativo", algo que es necesario para "no dormirse en los laureles y conseguir algo", ha señalado. POESÍA,

No prosa

Por lo que se refiere a sus publicaciones, Bonald ha señalado que ha abandonado definitivamente la prosa, porque no tiene "tiempo ni ganas", ya que su "pasado se hace cada vez más largo", lo que le ha hecho no poder plantearse "un trabajo a largo plazo".

Sin embargo, ha anunciado que tiene preparado un libro de poesía, que se revisará este verano y que probablemente "a finales de año" estará publicado.

Y es que, según ha dicho, "solo la poesía" le hace sentirse "activo"; además, es el género que puede conseguir "el mayor grado de la literatura", ya que es "un instrumento" que, "en su propia mecánica y práctica", tiene una connotación "sugestiva", por lo que abre "una puerta hacia un mundo desconocido".

También, ha explicado que su poesía es "reflexiva", frente a la popular o tradicional, por ello conlleva una "difícil" lectura que exige "soledad" y "meditar" sobre ello.

En concreto, es una poesía que está llena de "problemas" que retrotrae de su "propia experiencia", recogiendo de sus recuerdos "los estímulos y temas" para escribir, ha explicado.

A su juicio, en España, la poesía "siempre ha tenido un tono bastante digno", mientras que la novela ha sufrido "altibajos", y ahora hay "una tendencia", con la que no está de acuerdo, de hacer una poesía "realista y obvia", en la que las palabras "solo significan los mismo que en el diccionario", por lo que está haciendo que el género se "empequeñezca".

Para Caballero Bonald, la poesía "siempre tiene que criticar las injusticias" y "despertar una conciencia", así como "protestar" por las cosas, a pesar de que el papel de los intelectuales "no es muy importante", pero ellos tienen que sobreponerse y "criticar y poner en duda el poder", para "corregir los errores naturales que surgen en la política", ha dicho. TRAYECTORIA

Caballero Bonald, nacido en 1926, está considerado "uno de los principales valores" de la poesía contemporánea española. Entre su obra destacan los libros de poemas 'Las horas muertas', 'Ágata oro de gato', 'Descrédito del héroe' —todos ellos galardonados con el Premio de la Crítica—; 'Manual de infractores', que recibió el Premio Terenci Moix al mejor libro del año 2005; y la novela 'Campo de Agramante'.

En 1995 inició la publicación de sus memorias con 'Tiempo de guerras perdidas' (1995), cuya segunda parte, 'La costumbre de vivir', publicó en 2001. Su último trabajo publicado es el poemario 'La noche no tiene paredes'.

Además, recibió el Premio de Andalucía de las Letras en 1994 y diez años más tarde fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, considerado el más prestigioso reconocimiento para un poeta en lengua española. En 2005, recogió el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra.

También, es doctor honoris causa por la Universidad de Cádiz, ha impartido clases en la Universidad de Bogotá y ha colaborado con la Real Academia Española de la Lengua a través de su trabajo en el Instituto de Lexicografía.