Un solo paso, austero y en total silencio

La procesión de mañana, la del Jueves Santo, saca al Cristo del Refugio para recordar la muerte de Jesucristo en la cruz.
El Cristo del Refugio reluce en la oscuridad de la noche del Jueves Santo.
El Cristo del Refugio reluce en la oscuridad de la noche del Jueves Santo.
Fran Manzanera
El Cristo del Refugio reluce en la oscuridad de la noche del Jueves Santo.
En esta procesión no se dan caramelos y hay que guardar absoluto silencio. Es mucho más austera que las demás y prácticamente no hay música, sólo un tambor y varios coros que entonan sus mejores canciones al Cristo a su paso. Los nazarenos no pueden hablar y, cuando llega la procesión, se hace el silencio entre el público y se apagan las luces de los comercios en señal de respeto. Se recuerda que ha muerto Cristo clavado en la cruz.El desfile del Cristo del Refugio emociona a cuantos lo contemplan. Nadie puede quedar indiferente ante el crucificado ni ante los más de trescientos nazarenos que lo acompañan, vestidos con túnica de raso negra y cubierto el rostro con un capuz negro y morado.

La procesión del silencio es una de las más impresionantes para los espectadores, sobre todo para los que no conocen la Semana Santa murciana y vienen de fuera; uno de los momentos más emotivos es cuando todos los nazarenos se arrodillan para dejar entrar el Cristo, de vuelta, a la iglesia.

La talla que pasean los cofrades es la del Santísimo Cristo del Refugio, un trono que tiene más de tres siglos. Y una curiosidad: es el único paso que puede dejarse en el suelo para descansar.

Una procesión para comprender la Semana Santa.

* Mañana, desde la Iglesia de San Lorenzo, a las 22.00 horas.

Pasa por la calle Correos, la plaza de Santo Domingo, la Trapería y la plaza de la Catedral. Después vuelve por la calle Correos.

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