El director general de la Fundación, Jaime Gil-Robles, dijo que la figura del conductor alternativo tiene una gran aceptación en otros países europeos como el Reino Unido, donde es ya una norma el que haya una persona que cuando se sale de fiesta no bebe nada de alcohol para desplazar al resto a otros lugares de ocio o llevarlos hasta sus casas.

Gil-Robles presentó en rueda de prensa los resultados de una encuesta, realizada entre 1.200 jóvenes con edades entre los 18 y los 25 años, en la cual el 76% asegura que cuando sale nunca bebe alcohol, una cifra que aumenta hasta el 83% cuando se trata de mujeres.

De ellos, un 41% no bebe porque no suele hacerlo nunca y un 59% porque prefiere no beber si va a conducir.

Cuando los jóvenes salen de marcha y reconocen "tener un puntillo a causa de la bebida", el 83% deja que otra persona coja el coche en su lugar, pero aun existen frenos a la hora de ceder el vehículo propio, bien por desconfianza en un 15% o porque tienen una falsa sensación de control en un 12%.

Los más jóvenes, más concienciados

Gil-Robles subrayó que el comportamiento de los más jóvenes, menores de 20 años, es mejor que en los 20 a 25 y están más concienciados de la incompatibilidad entre alcohol y conducción.

A la pregunta de quien conduce cuando todos los miembros del grupo han bebido, sólo un 6% afirma que nadie conduce y que se deja el coche, un porcentaje que se trata de aumentar.

En tres de cada cuatro ocasiones es el conductor principal quien decide no beber si va a conducir y en un 21% de los casos la decisión de quien no va a beber se toma entre varios, con lo que se comparte la responsabilidad.

Según datos de la Dirección General de Tráfico, uno de cada tres fallecimientos en la carretera se debe al consumo de alcohol.

En base a los resultados de la encuesta, Gil-Robles afirma que los jóvenes están cada vez más concienciados de que no se debe beber y subraya que sólo un pequeño grupo tienen hábitos peligrosos y es sobre los que hay que trabajar para aumentar la concienciación.

Fuerte inversión publicitaria

La Fundación realizará este año promociones en distintas ciudades españolas y además dedicará a la promoción publicitaria más de un millón de euros.

La Fundación tiene como objetivo la educación de los nuevos conductores y para ello desarrollará, entre otros lugares, campañas en Coslada (Madrid), Santiago de Compostela y Lugo (Galicia), Sevilla, Córdoba y Málaga (Andalucía), Palma de Mallorca (Baleares) y Tarragona, donde los responsables de la campaña llevarán la información a los lugares de ocio.

En sitios como discotecas y bares de copas se llevará la campaña, que consiste en la visión de un coche real destrozado, con el que se explica las graves consecuencias del alcohol, y en diversas promociones como vales de gasolina gratis y bebidas sin alcohol, para que los jóvenes elijan a un conductor alternativo que certificará a la salida que está libre de alcohol, mediante un pasaporte que se le sellará al superar un control de alcoholemia.

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