El argentino acusado de matar a su expareja dice que la víctima se golpeó accidentalmente

Mariano Cristian Beade, el ciudadano argentino acusado de la muerte por asfixia de Sara Rubio Alcaide, una profesora de 32 años de edad con la que mantuvo una relación sentimental y cuyo cadáver fue descubierto en octubre de 2007 en una vivienda de la calle Enamorados del barrio de Bellavista, se ha declarado este lunes inocente y ha asegurado que la víctima se golpeó de manera accidental cuando intentaba levantarlo del suelo.
Juicio Con Jurado Contra Mariano Cristian Beade
Juicio Con Jurado Contra Mariano Cristian Beade
EUROPA PRESS
Juicio Con Jurado Contra Mariano Cristian Beade

Mariano Cristian Beade, el ciudadano argentino acusado de la muerte por asfixia de Sara Rubio Alcaide, una profesora de 32 años de edad con la que mantuvo una relación sentimental y cuyo cadáver fue descubierto en octubre de 2007 en una vivienda de la calle Enamorados del barrio de Bellavista, se ha declarado este lunes inocente y ha asegurado que la víctima se golpeó de manera accidental cuando intentaba levantarlo del suelo.

Durante la primera sesión del juicio con jurado popular que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, el procesado ha asegurado que nunca llegó a pelearse con la víctima durante la relación sentimental que mantuvieron, una relación que se prolongó casi tres años y que era "muy abierta", y ha puesto de manifiesto que en la fecha de los hechos "estábamos en proceso de separación, pero no de ruptura".

La Fiscalía pide para el acusado 21 años y medio de cárcel y el pago de una indemnización de 82.685,58 euros, ya que argumenta que el acusado "no aceptaba la ruptura e intentaba volver con ella", lo que motivó que "la atacara de forma sorpresiva, sin que Sara pudiera defenderse ni gritar". "Antes de que se descubriera el cuerpo, el acusado ya estaba fuera de España", ha añadido la fiscal, quien ha aportado como prueba una sentencia condenatoria contra Mariano "por otro delito de carácter violento contra su anterior pareja" cometido en la provincia de Cádiz.

Por su parte, la Abogacía del Estado, que ejerce la acusación popular y pide la misma condena interesada por el Ministerio Público, ha señalado que, en el presente caso, el móvil del crimen "fueron los celos" del procesado, que, con anterioridad a la muerte, "ya propinó una enorme paliza a Sara" viviendo ambos en Madrid. Según su alegato, el imputado acabó con la vida de la víctima después de descubrir en su ordenador portátil que ésta mantenía contactos con otros hombres —por lo que incluso llegó a romper la pantalla del ordenador—, lo que ha calificado de "reacción agresiva-machista".

"mentalidad machista"

Asimismo, el abogado que ejerce la acusación particular, que pide para el acusado 22 años de cárcel y el pago de una indemnización de 300.000 euros, ha hecho mención a la "mentalidad machista" del procesado, que antes del juicio siempre se ha acogido a su derecho a no declarar y para quien su abogada pide la absolución.

Durante su declaración, el acusado ha explicado que el día 11 de octubre de 2007 se desplazó a Sevilla desde Madrid con la intención de recoger a Sara para ir nuevamente a la capital de España y ver juntos el musical de 'La Bella y la Bestia', pero una vez en la capital hispalense "los planes se rompieron", ya que la madre de la víctima la llamó para comer juntas el domingo. "Yo no vine a Sevilla a que reanudáramos la relación", ha querido dejar claro, en contra de la tesis de la fiscal.

Al hilo, ha relatado que el día 12 de octubre estuvieron tomando copas en los alrededores del río Guadalquivir y tras ello fueron a buscar a la hermana a la salida del trabajo, dirigiéndose a continuación a un bar que se encontraba debajo del domicilio de la víctima, donde se reunieron con el novio de la hermana. Acto seguido, subieron al inmueble, donde llegó otra pareja amiga de la víctima, para seguir tomando copas y en torno a las 2,00 horas se fueron al dormitorio.

"escuché un golpe"

Una vez en el dormitorio, según ha indicado el procesado, le rompieron la pantalla al ordenador portátil, ya que estaba estropeado y en la tienda "nos recomendaron que le rompiéramos la pantalla porque era la única forma de que nos lo cambiaran por otro", a lo que se sumaba que "estábamos muy borrachos". Durante la noche, ha señalado que se levantó para ir al cuarto de baño y, cuando volvió, Sara le cogió del brazo "para intentar levantarme, porque estaba muy mal", tras lo que escuchó un ruido, un golpe, al que "no le presté atención".

Posteriormente, volvió a levantarse para ir al aseo —donde coincidió con la amiga de la víctima— y, al volver al dormitorio, vio a la víctima boca abajo encima del colchón aunque con los pies fuera de esta superficie. "La llamé, pero no respondía, y la toqué para ver si tenía signos vitales, pero estaba fría y no los tenía", ha relatado el acusado, aseverando que, en ese momento, "no le vi ningún golpe ni sangre".

"La quise levantar y no podía", según ha proseguido, negando que la golpeara ni que le rompiera el cuello, como sostienen las acusaciones, pues todo "fue un accidente". Tras ello, y debido a la situación generada, decidió coger el coche propiedad de Sara y dirigirse a Madrid, donde cogió un vuelo en dirección a Londres y desde allí hacia Argentina, donde fue detenido en enero de 2009. El procesado ha asegurado que los dos teléfonos móviles de Sara estaban ya en el vehículo propiedad de la víctima, por lo que ha negado que fuera él quien se los llevara.

Los hechos

Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el procesado mantuvo una relación "análoga a la conyugal" con la víctima durante unos cuatro años, relación que iniciaron en Cádiz y que continuaron en Madrid, aunque en el año 2007 "estaba rota" si bien habían mantenido contacto "esporádicamente", pues Mariano "tenía interés en volver" con ella.

De este modo, añade que el día 11 de octubre de 2007 el acusado acudió a Sevilla procedente de Madrid, donde tenía su residencia, "con la intención de reanudar" la relación con la víctima, hospedándose en el domicilio que ésta compartía desde finales del verano de 2007 con su hermana, su cuñado y otra amiga, y que se encontraba ubicado en la calle Enamorados de Bellavista.

Posteriormente, entre las 2,00 y las 7,00 horas del día 13 de octubre de 2007, el imputado "aprovechó" que Sara se encontraba dormida "y sin posibilidad de defenderse" en su dormitorio y, "con ánimo de acabar con su vida", golpeó "violentamente" a la víctima en el rostro y en la cabeza, para después asfixiarla y romperle el cuello con sus propias manos, causándole la muerte, "para lo que tuvo que emplear una gran fuerza".

Fractura de dos vértebras

El fiscal, que destaca que Sara sufrió "múltiples contusiones" y la fractura de dos vértebras cervicales, añade también que el acusado fracturó la pantalla del ordenador portátil propiedad de la víctima, causando daños que han sido tasados en 376,31 euros sin incluir el IVA. Posteriormente, "y con el fin de procurar su huída", el encartado se apropió de dos teléfonos móviles de Sara, de un juego de llaves "que era preciso para abrir y cerrar la puerta", y de las llaves del coche de la víctima, abandonando el piso sobre las 7,00 horas "y apoderándose con ánimo de utilización transitoria" de este vehículo.

Así, fue en coche hasta Madrid, donde esa misma tarde cogió un avión con destino a Londres y posteriormente a Buenos Aires. Tras ello, el acusado fue detenido en Argentina el 15 de enero de 2009 y, desde entonces, permanece en prisión provisional. Con fecha 26 de abril de 2010 se acordó por el tribunal argentino competente conceder la extradición del procesado solicitada por España, siendo conducido a tierras españolas el 18 de junio de 2010.

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