Una pacífica indignación recorre las calles de Barcelona

Varios asistentes a la manifestación de 'indignados' del 15-M en Barcelona levantan sus manos pintadas de blanco.
Varios asistentes a la manifestación de 'indignados' del 15-M en Barcelona levantan sus manos pintadas de blanco.
Marta Pérez / EFE
Varios asistentes a la manifestación de 'indignados' del 15-M en Barcelona levantan sus manos pintadas de blanco.

Una pancarta con el lema El carrer és nostre presidió este domingo la multitudinaria manifestación organizada por los indignados en Barcelona para protestar contra el llamado Pacto del Euro –que prevé, entre otras medidas, recortes en el gasto público y ligar los salarios a la productividad–, y exigir mayor trasparencia en la clase política. La convocatoria era a las cinco de la tarde en Plaça Catalunya, donde aún siguen acampados los activistas del movimiento 15-M. La masa marchó durante casi tres horas por el centro de la ciudad para finalizar en Pla de Palau y en el Parc de la Ciutadella, donde se leyó un manifiesto por parte de la organización.

Los convocantes cifraron en 260.000 las personas participantes. El departament de Interior lo hizo en 50.000. El Ajuntament habló de 75.000 indignados. Una decena de furgonetas de los Mossos custodiaban los aledaños del Parlament, aunque no fue necesaria una intervención en el mismo lugar donde el pasado miércoles se increpó a diputados y se les bloqueó la entrada al hemiciclo.

Momento tenso

El espíritu de la masiva marcha ciudadana fue pacífico y festivo, sólo empañado por un pequeño momento de tensión a las 18.30horas, cuando un grupo de personas rodeó a dos mossos de paisano. La tensión se diluyó en pocos minutos en parte gracias a la rápida reacción de manifestantes vestidos con chalecos reflectantes con la expresión “no a la violencia” impresa y que actuaban como “pacificadores”.

Las proclamas clásicas del 15-M como Que no, que no nos representan y No hay pan para tanto chorizo se intercalaron durante la marcha con otras alusivas al conseller de Interior de la Generalitat, al grito de Puig dimisión (por la carga policial de  mayo en Plaça Catalunya). O A la huelga general.

Al fin de la convocatoria, unas 500 personas se apostaron ante el Parlament catalán, en la Ciutadella, después de terminar la manifestación, aunque depusieron su actitud poco antes de las 22.00 horas a petición de los organizadores de la marcha. No se registró ningún incidente.

Marchas en 60 ciudades

En el resto de España, varios cientos de miles de personas se manifestaron este domingo también sin incidentes por unas 60 ciudades con una petición pública de huelga general y de una convocatoria de referéndum para el 15 de octubre. En Madrid, seis columnas con 40.000 manifestantes partieron desde distintos puntos de la capital y confluyeron hacia las 14.00 horas en la céntrica plaza de Neptuno. Ya por la tarde, en una asamblea celebrada en la Puerta del Sol, se anunció que desde 21 ciudades de todo el país se iniciarán este mismo lunes marchas que llegarán a la capital de España el próximo 23 de julio. Dichas marchas participarán en las asambleas de las localidades por las que pasen.

El 19-J no encontró respuesta en la clase política.Y es que, como si no hubiera pasado, ningún partido se refirió públicamente a las protestas del domingo.

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