York, una historia de misterios

  • Fue considerada por las clases altas como alternativa a Londres en el siglo XVIII.
  • Conserva un búnker de los tiempos de la Guerra Fría.
  • Se realizan numerosas visitas guiadas por su “lado más oscuro”.
Ebocarum, para los romanos; Eoforwick para los sajones; y Jorvik, para los vikingos.
Ebocarum, para los romanos; Eoforwick para los sajones; y Jorvik, para los vikingos.
Yorkshire.com
Ebocarum, para los romanos; Eoforwick para los sajones; y Jorvik, para los vikingos.

Situada al norte de Inglaterra, a prácticamente igual distancia de Londres que de Edimburgo, la historia de York, en el condado de Yorkshire y en la confluencia de los ríos Ouse y Foss, está marcada por conflictos y trágicos sucesos, que han ido esculpiendo su espíritu y fisionomía.

Presume de ser no sólo un hermoso destino histórico y turístico sino también una de las ciudades europeas más vinculadas al mundo de lo paranormal.

Pasado y presente, de la mano

Ebocarum, para los romanos; Eoforwick para los sajones; y Jorvik, para los vikingos, quienes llegaron primero como invasores y luego levantaron sus propios asentamientos, son los diferentes términos utilizados por sus pobladores para referirse a una misma realidad, York.

Su presente más moderno está íntimamente ligado a su pasado y a su historia, donde sofisticadas tiendas y elegantes restaurantes, bares y cafeterías conviven en total armonía con la herencia y la arquitectura de siglos pasados.

Su imponente catedral gótica, sus casas georgianas y su estación de ferrocarril de estilo victoriano son sólo algunos de sus máximos exponentes.

La identidad de York viene marcada, además de por su catedral, por la muralla medieval que la rodea, que es la que más kilómetros conserva prácticamente intactos en Inglaterra. Una de las grandes ventajas del centro de la ciudad, repleto de edificios muy bien preservados, es su peatonalización y limpieza, lo que hacen de él, un espacio muy agradable por donde pasear tanto de día como de noche.

Son precisamente las tardes el momento perfecto para dejarse llevar por algunas de las rutas y sumergirse en la York más “encantada”, misteriosa y fantasmagórica, por callejuelas adoquinadas y pasillos imposibles, y descubrir así los secretos mejor guardados. Risas y gritos se dan la mano en una experiencia que hace retroceder varios siglos, a un momento de grandes desgracias.

Entre sus calles comerciales por excelencia, Stonegate y Petergate, que todavía hoy se encuentran donde hace 2000 años se situaban las vías romanas de Praetoria y Principalis, y que nos guían hasta la gran catedral gótica de York, donde destacan sus vidrieras. Se tardó más de 250 años en construir, hasta que fue consagrada en 1472.

Pero para evocar ese pasado medieval hay que deambular por Coffee Yard, Swinegate, Grape Lane, Mad Alice Lane y Shambles, su callejón más pintoresco y se dice la calle comercial más antigua de Europa.

Esenciales en York

Aunque son numerosos los puntos que merece la pena visitar, hay algunos que resultan imprescindibles. En esta ciudad que recibe más de siete millones de visitantes al año, uno de esos lugares es Jorvik. Estrechamente vinculado a los vikingos, es probablemente el lugar más conocido del entorno. Desenterrado en 1976, permite captar el ambiente y la forma de vida de la época a través de casas, talleres y utensilios típicos de aquel momento.

Entre sus calles empedradas surgen grandes secretos, entre ellos Fairfax House, que acoge una importante colección de muebles y relojes de los siglos XVII y XVIII. Una vuelta al pasado medieval suponen las visitas a Barley Hall, al Merchant Adventurers’ Hall y al Guild Hall.

El gran símbolo del poder que tuvieron durante esa época los reyes ingleses es la Torre de Clifford. Construida originariamente por Guillermo, el Conquistador, fue derruida en dos ocasiones, hasta que Enrique III la reconstruyó finalmente. Desde aquí se disfruta de las mejores vistas de la ciudad y de su entorno, y comienza uno a comprender las razones que convirtieron a York en punto estratégico para controlar el norte de Inglaterra.

Los misterios aparecen en Treauser’s House, donde se dice que se han visto fantasmas de soldados romanos. Para aquéllos aptos y deseosos de fuertes emociones, York Dungeon les adentra en los tiempos más grises de la ciudad a través de efectos especiales y actores, en un espectáculo interactivo y terrorífico.

Reabierto el 1 de agosto de 2010, el Museo de Yorkshire alberga una de las mejores colecciones arqueológicas y geológicas de Europa. Mientras, en el museo del Castillo de York uno creerá haber retrocedido en el tiempo surcando sus calles; experimentando y viviendo la Inglaterra más victoriana. Pero si hay un espacio de exposiciones singular ése es el Museo Nacional del Ferrocarril, donde se recrea una gran estación de los años 50. En la devoción de la ciudad por este medio de transporte no hay que olvidar que cuando el actual edificio de la estación fue inaugurado en 1877, fue considerada la mayor estación de ferrocarril de Europa.

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