Cien años después de descubrir por primera vez un yacimiento de arte rupestre en la Comunitat, la Cueva de Tortosillas (Ayora), un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante ha encontrado 38 nuevos enclaves de este tipo en la provincia de Valencia, 10 con grabados y 28 con pinturas, que se suman a los que ya se conocían y alcanzan así los 213 espacios de arte prehistórico documentado.

Así se desprende de la actualización del inventario de Arte Rupestre de la Comunitat presentado este viernes por la directora general de Patrimonio, Paz Olmos, junto al catedrático de Prehistoria de la Universidad de Alicante y miembro del equipo que lo ha llevado a cabo, Mauro Hernández, gracias al cual, municipios como Tous, Vallada o Montesa pasarán a engrosar la lista de parajes conocidos por el arte de sus antepasados.

Con un presupuesto global de 90.000 euros dividido en tres fases, el estudio se inició en 2009 con el análisis de la zona alicantina, continuó en 2010 en Valencia, cuyos resultados se han dado a conocer hoy, y continua ahora su investigación en Castellón. Por el momento, y a falta de que concluya esa última fase, se han documentado un total 607 yacimientos arte prehistórico la Comunitat, cifra que "se ha duplicado" desde 1998, cuando la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad el arte rupestre del Arco Mediterráneo de la península, ha destacado Olmos.

Tanto los nuevos yacimientos encontrados como los nuevos conocimientos adquiridos sobre los que ya se conocían se inscribirán en el Registro de Bienes de Interés Cultural y se enviará un informe al Ministerio de Cultura y a la UNESCO para que amplíe los lugares Patrimonio de la Humanidad.

Asimismo, se publicará un libro y se elaborará Plan de Promoción del Arte Rupestre que determinará los yacimientos visitables y servirá para "promocionar la riqueza de la Comunitat y dinamizar las zonas de interior", ha subrayado la responsable de Patrimonio.

De la costa al interior,

Sin "tópicos"

Al respecto, Mauro Hernández ha querido desmontar el "tópico" de que únicamente las zonas de montañas esconden arte rupestre. Desde la costa hasta los picos del interior, se pueden encontrar "extraordinarios" artistas de la prehistoria. Gracias a ellos, "sabemos más sobre sus mentalidades, conocemos mejor sus costumbres, su vestimenta o las actividades por las que se distinguían los hombres y las mujeres", ha subrayado.

Sin embargo, "no se dará a conocer la ubicación de todos los yacimientos", pues a veces, esta es "la mejor manera de protegerlos", ha apuntado el experto. En este sentido, el estudio incluye propuestas para la conservación y difusión del arte rupestre, analiza las condiciones las condiciones medioambientales en las que se encuentran, y planifica las mejores rutas de "acceso".

Hasta la fecha, en la provincia valenciana, solo hay 50 abrigos yacimientos cerrados, aunque muchos "deben modificar el sistema de protección" hacia otros "menos tocos" y más "integrados con el paisaje", ha apuntado. Sin embargo, y al contrario de lo que se piensa, los expertos recomiendan a la Administración "aumentar el porcentaje de parajes abiertos" y "mejorar su abrigo".

"Es difícil poner vallas al campo" ha dicho. "Lo que hay que hacer es trabajar en la "difusión cultural" para que las personas "tomen conciencia de la importancia de esta herencia" y "todos se sientan orgullosos del bien patrimonial" de la Comunitat, ha sentenciado.

En los últimos años, la luz, la sequedad, la cal del agua valenciana y los incendios han castigado este arte tan "frágil", ha apuntado. La acción humana ha asaltado algunos de los soportes que pretenden protegerlo, ha ocultado pinturas ancestrales tras las firmas graffiteras y ha dañado su pintura mojándola con intención de verla mejor. Sin embargo, la declaración como Patrimonio de la Humanidad del arte rupestre ha "ayudado mucho" y de hecho, en los últimos años apenas ha habido extracciones, ha celebrado.

En su opinión, la declaración de la UNESCO "es lo mejor que le puede haber pasado al arte prehistórico", ya que ha hecho que "se tome conciencia y a descubrir el "motor económico" que puede ser para el entorno.