Catalunya acabó el año pasado con 103.000 viviendas nuevas sin vender. Esta cifra, en el conjunto de España fue de 800.000. La buena noticia es que por primera vez desde el año 2006 y la crisis económica, este stock de pisos en Cataluña se redujo en 2.000 viviendas en 2010. Pero, por otro lado, los precios de los pisos nuevos deberán bajar un 10% más para que las condiciones de accesibilidad a estas viviendas sean similares a las que había a finales de los años 90, pese a que en algunas zonas este ajuste ya se ha completado, según el informe inmobiliario de CatalunyaCaixa presentado este miércoles por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la UAB.

El estudio prevé que en el año 2015, en Cataluña, se liquide este stock de pisos, al menos en viviendas de primera residencia. Las de segunda residencia, que suponen un tercio de esta bolsa de pisos sin comprador, no tiene el mismo calendario, según Oliver. En las grandes ciudades y capitales de provincia, como Barcelona, es más fácil poder comercializar este stock, mientras que en los territorios apartados, dónde hay más segundas residencias, el tiempo se alarga, como en la Ribera d’Ebre, Montsià y la Selva.

Como alternativa para dar salida a los pisos nuevos, Oliver recordó que queda mucho recorrido por hacer en el alquiler, porque aquí el 85% de familias viven en viviendas de propiedad y en Alemania, el 55%.