El leonés Bernardo Alonso Villarejo fue "un hombre adelantado a su tiempo" que quiso recoger a través de la fotografía momentos de la vida diaria de la época.

Su archivo, de más de dos mil imágenes y unas 25 películas, refleja la sociedad del momento, sus costumbres y situaciones. Siempre bajo el prisma "poético" que caracterizan sus trabajos.

Así lo señala el comisario de la exposición `Bernardo Alonso Villarejo: en los límites de las sombras', Amando de Prado. La muestra se exhibe en el Palacio Episcopal hasta el 31 de julio.

En ella se pueden ver 90 fotografías en blanco y negro que retratan la España de los años 50 y varios videos grabados por el propio protagonista de la exposición.

Esta Exposición ha sido inaugurada hoy por el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de cultura, Rogelio Blanco, que ha estado acompañado por el subdelegado del Gobierno en Salamanca, Jesús Málaga, entre otras autoridades.

La muestra, organizada por el Ministerio de Cultura en colaboración con el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación Provincial de León, se enmarca dentro de los actos de difusión cultural que lleva a cargo el Centro Documental de la Memoria Histórica, con sede en Salamanca.

El fondo,

Depositado en salamanca

Estas imágenes son reproducciones de un fondo fotográfico adquirido por el Gobierno de España y que se mantendrán en la sede del Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca.

Se compone de 1050 negativos en formato 35 milímetros, 1037 negativos en formato 120, 36 negativos en formato 4,5 x 6, una colección de diapositivas en color, 25 películas, y otros materiales fotográficos y documentales

Bernardo Alonso Villarejo (Bembibre, 1906-1998) fue un hombre culto, polifacético y autodidacta. Ejerció la fotografía como aficionado, además de muchas otras actividades que le convirtieron en "un auténtico mecenas de su localidad natal", según el comisario.

Sus cualidades para este arte le han hecho formar parte de "los grandes profesionales que conforman la historia de la fotografía española". Fue galardonado en certámenes nacionales y participó en exposiciones colectivas nacionales e internacionales.

Su obra tiene como núcleo principal las imágenes de la vida cotidiana de Bembibre y sus alrededores, así como sus viajes por España y Europa. Paisajes, marinas, retratos familiares, bodegones nocturnos y escenas infantiles o de valor etnográfico componen la variedad de sus temas preferidos.

Su obra se centra más en la expresión de la fotografía como medio de creación plástica que en su utilización como soporte documental, a pesar de que sus obras son una crónica etnográfica de la práctica totalidad del siglo XX, ha señalado Amando Casado.