Felip Puig niega que mossos infiltrados instigasen la violencia de los 'indignados'

  • Dice que cumplieron sus objetivos: Evitar la acampada y que se celebrase el pleno.
  • Pero admite "insuficiencias" al proteger la entrada de diputados en el Parlament.
  • "Había unas ganas feroces de batalla campal", asegura el conseller de Interior.
  • Estudia denunciar al intelectual Arcadi Oliveres por calumnias a la Policía catalana.
  • Los 'indignados' denuncian la infiltración de Policía secreta en la protesta.
El conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, durante la rueda de prensa en la consellería.
El conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, durante la rueda de prensa en la consellería.
Toni Albir / EFE
El conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, durante la rueda de prensa en la consellería.

El conseller catalán de Interior, Felip Puig, ha negado este jueves que los mossos d'esquadra infiltrados en las protestas de 'indignados' les instigaran a la violencia y ha anunciado que estudia denunciar al intelectual Arcadi Oliveres por calumnias a la Policía catalana.

El convergente ha analizado el dispositivo policial organizado frente a la manifestación del movimiento 15-M ante el Parlament Catalán, que dejó, al menos, siete detenidos y 36 heridos, y ha afirmado que "estamos delante de nuevos métodos de violencia urbana". Puig ha admitido que el dispositivo policial se quedó "corto" y que hubo "insuficiencias" al proteger la entrada de diputados al Parlament. "Hay una evidencia: no fuimos capaces de defender en todo momento la integridad de todos los diputados", ha apuntado.

Tras reconocer que tampoco lograron establecer diálogo con los interlocutores del movimiento, ha asegurado que cumplieron sus dos objetivos principales: Evitar la acampada en el parque de la Ciutadella y que el pleno del Parlament se desarrollase con normalidad. "Tomamos una decisión estratégica sin precedentes: cerrar al público el parque de la Ciutadella durante tres días seguidos", ha explicado el conseller. Una medida que permitió garantizar la "inviolabilidad" del parque, que mide cuatro kilómetros de perímetro y tiene siete entradas.

En el dispositivo participaron 600 efectivos en los momentos cumbre del miércoles y unos 1.800 durante estos tres días para evitar que las 3.000 personas que se concentraron cerca de la Ciutadella accediesen a su interior. Además, 50 diputados tuvieron que entrar en el recinto en seis furgonetas y unos 30, a bordo de un helicóptero. Puig ha tachado de "violencia extrema" la padecida por algunos miembros de la Cámara.

Los Mossos d'Esquadra no actuaron con más dureza contra los violentos para evitar un "mal mayor", ya que entre los indignados había "profesionales del incidente" que actuaron como una "guerrilla urbana", ha explicado el responsable de Interior, que ha anunciado que ya hay siete detenidos, entre los que se encuentra un menor de edad, que ya ha pasado a disposición de la fiscalía de menores. "Había unas ganas feroces de batalla campal", ha valorado Puig.

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