El Hospital Quirón Málaga ha ampliado recientemente su Unidad de Dermatología para aplicar nuevas técnicas de curación y tratamiento del cáncer de piel a través de la Terapia Fotodinámica, un procedimiento que evitará al paciente su paso por el quirófano y con el que también se pretende disminuir la visibilidad de las cicatrices que deja una intervención quirúrgica tras sufrir cáncer de piel.

Esta nueva técnica consigue también que la zona afectada se haga igualmente más resistente al riesgo de sufrir un nuevo cáncer, a la par que permitirá realizar el diagnóstico precoz de lesiones precancesoras, a veces invisibles para el ojo humano.

Gracias a ello, el especialista puede diferenciar el tejido sano del canceroso con objeto de evitar un posible cáncer cutáneo. Según han informado al respecto los jefes del Servicio de Dermatología del citado hospital, los doctores Javier Romero y Silvestre Martínez, la Terapia Fotodinámica es un tratamiento del cáncer que consiste en la administración de un fotosensibilizante en la zona afectada que reacciona ante la exposición de la luz y se acumula selectivamente en determinadas células o tejidos, generalmente los afectados, de forma que, al ser iluminados en presencia de oxígeno con una luz de adecuada longitud de onda, produce como resultado la destrucción de ese tejido.

El nuevo tratamiento se indica para aquellos cánceres de piel que son muy resistentes a otros tratamientos y, sobre todo, en queratosis actínicas, es decir, tumores que se producen en zonas más expuestas al sol como la cara y el escote; en el carcinoma basocelular superficial y nodular, considerado como el cáncer cutáneo más frecuente, que aparece principalmente en la cara y supone la tercera parte de los casos detectados de cáncer de piel en la actualidad.

Según el doctor Romero, "la extirparción del carcinoma basocelular genera cicatrices que pueden deformar zonas como nariz y párpados y donde la terapia fotodinámica hará que apenas queden huellas tras la intervención".

Los especialistas destacan además que la Terapia Fotodinámica será la más efectiva para la Enfermedad de Bowen. Una forma de carcinoma que afecta a más de un 20 por ciento de los pacientes que se dirigen a las consultas de dermatología y que se desarrolla en las capas superiores de la epidermis de aquellas áreas más expuestas al sol (cara, orejas, cuello, labios y manos) a través de placas persistentes o descamadas.

Según datos de la OMS, al día se diagnostican aproximadamente unos cinco tumores cutáneos. De ellos, más del 80 por ciento están derivados de una sobreexposición solar continua y una falta de protección en la piel esté o no expuesta directamente al sol. Estos tumores son intervenidos y, si se diagnostican a tiempo, cuentan con una tasa de éxito superior al 90 por ciento.

Medidas de prevención

Por ello, especialistas de Hospital Quirón Málaga han advertido de la necesidad de proteger la piel. se exponga o no al sol, por lo que han puesto especial hincapié en el periodo de la adolescencia. En este sentido, y según expertos del centro hospitalario, con 18 años ya se ha acumulado la radiación UVA que se debería tener a los 50 debido no sólo a la fuerza con la que nos llegan los rayos ultravioletas, sino a que los hábitos de los adolescentes en materia de protección solar están lejos de los parámetros básicos recomendados.

Los especialistas aseguran que el riesgo de desarrollar cáncer de piel puede reducirse en un 75 por ciento si durante los primeros 18 años de vida —periodo en el que se sufre entre el 50 y el 80 por ciento de la exposición solar de toda nuestra vida— se siguen hábitos adecuados en fotoprotección.

Así, las quemaduras solares y ampollas son un ejemplo claro de un futuro melanoma maligno. Ambos expertos han alertado de que cada quemadura que el paciente ha sufrido multiplica por diez el riesgo de sufrir un futuro cáncer de piel.

Los expertos inciden en que, al contrario de lo que se suele pensar, es posible disfrutar el sol y sus beneficios pero sin dejar de proteger la piel. Para ello, son necesarios cuidados básicos que empiezan por la elección correcta de los horarios y periodos de exposición al sol y la utilización de un filtro solar adecuado a cada tipo de piel y a la actividad que se va a realizar.

Del mismo modo, sostienen que es necesario cambiar la percepción del vínculo entre fotoprotector, playa y piscina debido a que nuestra piel recibe radiaciones solares siempre que estemos al aire libre.