El candidato del PPdeG a la Alcaldía de Santiago, Gerardo Conde Roa, ha denunciado que en el Ayuntamiento "hay deuda oculta" de "más de tres millones de euros en facturas sin contabilizar", en donde "se rumorea que hay algunos duendecillos circulando por el Pazo de Raxoi que se dedican a destruir papeles".

"Estamos en una situación de desastre económico absoluto", con esta tajante apreciación se ha referido Conde Roa —cuyo partido ha conseguido mayoría absoluta en las elecciones municipales de Santiago a falta de que el TSXG resuelva el contencioso presentado por PSdeG y BNG por presuntas irregularidades en el proceso electoral— en una entrevista concedida al diario ABC, que recoge Europa Press, en referencia a una supuesta deuda en la Casa consistorial compostelana.

Por ello, ha subrayado que se encargará una auditoría "a fondo" ya que los ciudadanos "se merecen saber cómo se ha gastado el dinero estos último años", a lo que ha añadido que, en total, el Ayuntamiento de Santiago tiene una deuda de "65 millones, y obligaciones de pago por otros treinta". Además, ha apuntado que "hay que reducir los asesores un 30 por ciento, tanto para el gobierno como para la oposición".

En este sentido, se ha referido a "unos duendecillos" que, a su parecer, esconden papeles aunque: "No es más que un rumor y no tenemos datos fehacientes, pero como el PSOE ha sido tan aficionado a los rumores durante estos últimos años. Que sepan que nos ha llegado ese rumor

Asimismo, ha acusado al actual alcalde en funciones, Xosé Sánchez Bugallo, y al Partido Socialista de Compostela de que "algunos todavía están en la noche del 22 de mayo" con "el 98 por ciento del recuento" y "no se lo creen ni lo asumen".

Por otra parte, ha remarcado en relación con la titulación de Medicina que "no está la Comunidad para construir nuevas facultades", aunque "otra cosa distinta es que se utilicen los recurso docentes que puedan existir en otros hospitales gallegos", al tiempo que ha destacado que el gran proyecto que le falta a la ciudad es una depuradora pues "no es tolerable que el 30 por ciento de las aguas se viertan directamente al río Sar".