Ópera cierra en falso el conflicto del ruido por las terrazas

  • Echarán el cierre una hora antes, pero no porque hayan llegado a un acuerdo.
  • Así podrán recuperar más espacio para mesas.
  • Los propietarios de las terrazas aseguran que este acuerdo es "temporal" y que tendrán que ver cómo discurren los acontecimientos.
Clientes en una terraza de la calle Santiago, en la zona de Ópera.
Clientes en una terraza de la calle Santiago, en la zona de Ópera.
Jorge París
Clientes en una terraza de la calle Santiago, en la zona de Ópera.

A la fuerza ahorcan, y los hosteleros de la calle Santiago, en Ópera, lo saben mejor que nadie. Los propietarios de las terrazas han alcanzado un acuerdo con el vecindario y cerrarán una hora antes que el resto (a las 12 de la noche de lunes a jueves y a la 1.30 h el resto de los días de la semana). Pero este pacto por la "convivencia" no es lo que parece.

Los hosteleros que tienen terrazas aseguran que se han visto "obligados" a aceptar porque el Ayuntamiento les recortaba el número de mesas si no echaban el cierre como medida de presión. Una medida que este diario intentó corroborar este miércoles con la Junta Municipal de Centro, que declinó hacer declaraciones sobre las condiciones de concesión de las nuevas licencias para terrazas. "Es una imposición", explica indignado el presidente de los comerciantes, Francisco Javier Mayordomo.

Mientras los vecinos de Ópera Austrias mantienen que las terrazas son muy "ruidosas" y dificultan "caminar por la calle" a los residentes de la zona, los hosteleros se defienden: "No queremos una guerra con los vecinos y estamos dispuestos a favorecer la convivencia, pero no a costa de la marcha de los negocios", matizan. Además, aclaran que desde que se peatonalizó la calle hay más terrazas, el botellón y la prostitución no hacen acto de presencia en el barrio.

Los propietarios de las terrazas aseguran que este acuerdo es "temporal» y que tendrán que ver cómo discurren los acontecimientos. Si han cedido y aceptado cerrar una hora antes es porque perdían "entre 10.000 y 15.000 euros por mesa", explican. Según uno de los afectados, que tiene terraza, no les ha quedado más remedio, pero se sienten "discriminados" respecto a otros propietarios. "Sin ir más lejos, el mercado San Miguel está al lado y ellos pueden cerrar a las dos", asegura. De momento, lo que está claro, es que la paz en Ópera no se vislumbra duradera.

Así lo ven los vecinos

Covadonga González, 50 años. "El ruido no es tan insoportable como dicen. Creo que las cosas se están sacando de quicio por parte de alguna personas. Yo vivo detrás, no me afecta directamente, pero vengo mucho por aquí con los niños, a todas horas, y se puede estar. No hay peleas jamás, ni broncas ni nada parecido".

Casimiro Moreno, 44 años. "LLevo 23 años en el barrio con un negocio de zapatería y lo de ahora no tiene nada que ver. Esto no es ruido, antes había autobuses, tráfico... Yo me voy de aquí a las once de la noche y lo que veo es gente tomándose algo tranquilamente en la terraza. Hay muchos vecinos que buscan una calle a su medida".

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