El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha avanzado que la reforma de la negociación colectiva, que el Gobierno aprobará el próximo viernes, 10 de junio, será "prudente y tranquila".

En el marco de una jornada sobre 'Desempleo Juvenil' organizada por el Consejo Económico y Social (CES) y el Comité Económico y Social Europeo, el titular de Trabajo ha dicho que el Ejecutivo partirá de los acuerdos "no escritos" alcanzados por patronal y sindicatos poco antes del "relativo fracaso" de las negociaciones.

Gómez explicó que el Gobierno no eliminará la ultraactividad de los convenios cuando éstos caduquen, e impulsará los mecanismos de mediación y arbitraje para solucionar los conflictos.

Así, apostó por "por el equilibrio" y por la "flexibilidad interna" sin desproteger a los trabajadores. En líneas generales, Gómez apostó por un menor uso de los despidos y por la potenciación de mecanismos de adaptación a la situación en el seno de las empresas. Por otro lado, Gómez abogó por el diálogo social pese a los "inconvenientes" de los últimos días.

Gómez aseguró que "ha habido influencia clara de las elecciones del 22-M y de la nueva situación política" en la ruptura de las conversaciones entre la patronal y los sindicatos.

Así, dijo que el texto presentado por la CEOE a los sindicatos el lunes pasado, en el que volvía a una posición de máximos respecto a la reforma del sistema de convenios colectivos sin tener en cuenta lo negociado previamente, "no permitía alcanzar un acuerdo". Gómez ha dicho que habría sido "más útil" aprobar la reforma en el mes de abril, incluso antes del inicio de la campaña electoral, y "culminar un acuerdo antes de las elecciones".

"Se equivocan quienes creen que es mejor que las reformas se queden sin hacer a la espera de que llegue otro Gobierno", aseguró Gómez, que insistió en que la llegada de un nuevo Ejecutivo es "una hipótesis", mientras que las reformas son una necesidad que mantienen a España lejos de los países que han necesitado el rescate financiero de la Unión Europea.

Según explicó, la reunión que CEOE, CCOO y UGT mantuvieron el pasado 30 de mayo tendría que haber servido para ordenar y concretar las materias que ya se habían acordado para que Trabajo las concretara en un texto normativo que aprobaría el Gobierno y sería remitido al Parlamento.

Sin embargo, ese día la patronal puso encima un documento en el que "se establecían mecanismos de flexibilidad interna absolutamente todos sometidos a la libre decisión del empresario", afirmó Gómez, que aludió por ello a la pretensión empresarial de eliminar la ultraactividad.

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, ha atribuido el cambio de posición de la patronal y los sindicatos en la negociación colectiva a los resultados electorales obtenidos por el PSOE en las pasadas elecciones autonómicas y municipales.

Iglesias ha lamentado que se hayan roto las conversaciones porque un acuerdo con sindicatos y empresarios "siempre es más fuerte que cualquier otra solución".

Tras asegurar que el Ejecutivo va a cumplir su compromiso en el próximo Consejo de Ministros de aprobar la reforma de la negociación colectiva, Iglesias ha insistido en que les ha "resultado sorprendente que haya habido una posición tan próxima unos días antes de las elecciones" y que después se haya producido un "cambio de posición".