No hay crédito. Y sin crédito ni se construye ni se compra. Todos los dedos señalan a la banca, y más después de saber que el crédito de bancos y cajas para comprar una vivienda bajó un 43% hasta abril. Los promotores tampoco logran financiación, y acusan a la banca de no estar siendo solidaria.

Las entidades financieras españolas concedieron en los cuatro primeros meses de 2011 préstamos para la adquisición de vivienda por importe de 12.083 millones de euros, un 43% menos que en el mismo periodo del año anterior (21.242 millones).

Según datos del Banco de España, los bancos prestaron 4.600 millones y las cajas de ahorros, 6.079 millones. El resto corresponde a otro tipo de entidades financieras.

En comparación con el periodo enero-abril de 2010, el crédito para vivienda de los bancos bajó un 45,6%, mientras que en el caso de las cajas el descenso fue del 44%.

Sólo en abril, las entidades financieras prestaron 3.217 millones de euros, un 9,8% menos que en el mes anterior.

No les va mejor a las empresas que intentan promover nuevas viviendas. El presidente de la patronal de los promotores (APCE), José Manuel Galindo, afirma que las entidades financieras "no están siendo solidarias ni se están comprometiendo con el sector". De este modo, demanda más financiación para poder culminar el ajuste e iniciar la recuperación del 'ladrillo'.

Galindo asegura no entender esta posición de la banca, "aunque tiene sus propios problemas", ya que el sector inmobiliario "le ha ayudado a ganar en beneficio y crecimiento en los últimos años".

"Hay mucho en juego", dice Galindo, puesto que con la financiación necesaria, el sector está en disposición de producir unas 300.000 viviendas anuales desde 2015, pesar 6,5 puntos del PIB -alrededor de dos puntos porcentuales más que ahora- y generar hasta 800.000 empleos. Con estas cifras sobre la mesa, ha dicho que la economía no podrá crecer por encima del 2% y crear empleo sin contar con el sector inmobiliario.

Dicho esto, Galindo ha insistido en que la posición de los promotores es "débil" porque se les ha "demonizado" al culpabilizarse de la crisis económica, cuando en paralelo a los excesos en el sector se ha dado una "exuberancia de crédito".