Al menos 44 integrantes de la red terrorista Al Qaeda murieron este martes en Yemen en un intento fallido de asaltar un cuartel militar cerca de la localidad meridional de Zinyibar, donde hombres armados y fuerzas de seguridad se enfrentan desde el pasado 27 de mayo.

Fuentes de seguridad y la agencia de noticias yemení, Saba, aseguraron este miércoles que los supuestos militantes de Al Qaeda intentaron tomar el cuartel de la Brigada 25. Las fuentes agregaron que fuerzas del Ejército y de la seguridad han lanzado una operación "de limpieza" en Zinyibar, capital de la provincia de Abyan, tomada el viernes por cientos de combatientes.

Asimismo, indicaron que continuaba el acoso de "los restos del grupo terrorista" que todavía controlan, al parecer, algunos lugares de la ciudad. Las fuentes agregaron que habían causado un gran número de bajas entre las filas de los combatientes, "que han perdido el control sobre sus hombres", según sus declaraciones. No se informó de bajas entre los miembros de las fuerzas de seguridad.

Aviones militares han lanzado varios ataques este miércoles contra emplazamientos de Al Qaeda en la comarca montañosa de Janfar, cercana a Zinyibar. En estas operaciones militares aéreas decenas de hombres armados han muerto o resultado heridos, según las fuentes, que no ofrecieron cifras exactas.

Además, al menos 40 personas murieron y varias decenas resultaron heridas en los enfrentamientos que estallaron anoche en la capital yemení entre milicianos fieles al dirigente tribal Sadeq Abdalá al Ahmar y fuerzas de seguridad, informaron fuentes médicas. Las fuentes, que indicaron que los choques continúan este miércoles, precisaron que la mayoría de las víctimas son hombres armados vinculados a grupos tribales.

Las muertes se registraron un día después de que los milicianos recuperaran el control de un edificio gubernamental del que se habían retirado el domingo, como parte de un alto el fuego alcanzado entre el presidente Alí Abdalá Saleh y el dirigente tribal, uno de los hombres fuerte de la oposición al régimen.

Fuentes del hospital Militar de Saná precisaron que al menos 13 policías han muerto y otros 22 han resultado heridos en los enfrentamientos, los más encarnizados desde el estallido de la crisis entre los seguidores de Al Ahmar y el régimen yemení, el pasado día 23 de mayo. Asimismo, los depósitos de cadáveres de los Hospitales Al Yumhuriya y Yamaa al Ulum wa al Tecnoloyia han recibido los cuerpos de al menos 23 milicianos de grupos tribales.

Además, cuatro civiles perdieron la vida en los enfrentamientos, que se centraron en el barrio Al Hasba, donde se encuentra el complejo residencial de Al Ahmar y su familia. Las fuentes agregaron que el número de víctimas podría aumentar debido a que en los choques han resultado destruidos varios edificios por los disparos de granadas de mortero y misiles y se desconoce si hay personas atrapadas bajo los escombros.

Por su parte, fuentes gubernamentales aseguraron que las milicias fieles a Al Ahmar ocuparon este martes por la noche un complejo judicial en el barrio Shamlan, en el noroeste de Saná, en el que se encontraba la oficina del Fiscal General. Varios testigos comentaron que los combatientes armados se hicieron también con el control de un edificio de viviendas en la calle 14 de octubre, próxima al barrio Al Sabaín, donde se encuentra el palacio presidencial.

Por otra parte, varios habitantes del norte de la capital aseguraron haber escuchado hasta siete explosiones en la zona donde se encuentra la carretera que une Saná con el aeropuerto. No obstante, no se ha podido comprobar la naturaleza o el origen de dichos estallidos.

El conflicto armado estalló el 23 de mayo después de que el presidente Ali Abdalá Saleh rechazara por tercera vez firmar una iniciativa presentada por el Consejo de Cooperación del Golfo, que incluye la transferencia del poder al vicepresidente y la convocatoria de nuevas elecciones.

Además, en la ciudad meridional de Taiz, donde este martes murieron tres personas en enfrentamientos entre opositores y fuerzas de seguridad, la Policía y el Ejército han disuelto disparando al aire y sin que se produjeran víctimas mortales varias concentraciones en las que se pedía la renunciad de Saleh.