La nueva versión del plan de las parroquias que el Gobierno municipal ha elaborado mano a mano con la Federación Vecinal parece condenado a estrellarse. Las inversiones más importantes, incluidas en un paquete de 16,9 millones de euros, necesitan el apoyo en el pleno de una oposición que de momento le da la espalda. Al rechazo de los socialistas, pero por otras razones, se sumó ayer el de los nacionalistas. Para su portavoz, Xabier Toba, las obras comprometidas carecen de proyectos y presupuestos reales.La portavoz socialista reprochó al Gobierno de la alcaldesa, Corina Porro, que plantee al pleno una modificación de crédito sin enfrentarse antes al debate presupuestario de rigor. El BNG fue mucho más allá: acusó a los ediles populares de «estar perdiendo las formas y enseñando el rabo del autoritarismo y la política sectaria».