Las ordenanzas, cumplidas a rajatabla, pueden llevar a contradicciones tan flagrantes como las que ha destapado un campeonato de rugby que se ha llevado a cabo este fin de semana en Barcelona: se puede asar una ternera en plena calle. En cambio, no se pueden asar unas hamburguesas en una barbacoa instalada en un polideportivo.

Con motivo del torneo de rugby Barcelona Sevens, anualmente compiten en Barcelona decenas de equipos europeos. Al finalizar los encuentros, se ofrecía una parrillada a los asistentes en el Centre Esportiu Municipal de la Mar Bella. Y ya van diez. Pero este año, el Institut Barcelona Esports, adscrito al Ajuntament de Barcelona, ha prohibido la celebración de la barbacoa por considerar que "infringe la normativa vigente en materia de higiene, de manipulación de alimentos, y de seguridad, por el riesgo que supone realizar una actividad peligrosa en un local de concurrencia pública".

Un día después, en cambio, y enmarcado en el programa de las fiestas del Poblenou, los mismos organizadores ofrecieron este domingo un asado de una ternera de 200 kg en medio de la calle. Se calcula que se ofrecieron unas 300 raciones preparadas por un cocinero argentino. Se trataba de emular el Tercer Tiempo, una celebración que incluye el reparto de comida y de bebida entre los participantes del torneo de rugby.

"¿Durante diez años hemos incumplido la norma? La decisión de prohibir la barbacoa ahora es totalmente arbitraria", sentenciaba el Presidente del Club Natació Poble Nou-Enginyers, Jordi Homs.

En Barcelona hay actualmente 1.700 jugadores federados y, en junio, se conmemorará el centenario de la celebración del primer partido de este deporte en la ciudad. Homs pide que "se dignifi-quen los clubs" y propone que haya más campos que podrían ser compatibles con el cricket.