En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Primera relata que los hechos tuvieron lugar sobre las 5,00 horas del día 27 de agosto de 2010, cuando, "con ocasión de hallarse" la víctima en el interior de su furgoneta y parado en un semáforo en rojo de la Ronda del Tamarguillo, se introdujo el acusado en el vehículo.

Tras ello, y "guiado por un ánimo de ilícito enriquecimiento y acompañado por una mujer no identificada", le colocó a la víctima un cuchillo en el cuello y le ordenó que les llevara a las Tres Mil Viviendas. Una vez se puso el vehículo a circular, el procesado le exigió que le entregase la cartera, y al llegar a la altura de una sucursal bancaria ubicada en la Avenida de la Paz "le obligó a detenerse y a que le dijera el pin de la tarjeta".

Al hilo, el imputado y la mujer desconocida se bajaron de la furgoneta, junto con la víctima, y lo obligaron a darles las llaves del vehículo, y juntos se dirigieron al cajero, donde el encartado conminó a la víctima para que introdujese el pin en el cajero, sustrayéndole 600 euros.

Agresión con el cuchillo

En ese momento, la víctima vio a un primo suyo y le pidió ayuda, estableciéndose un forcejeo entre el procesado y el primero de ellos durante el cual éste sufrió un arañazo con el cuchillo. Tras el forcejeo y ayudado por su familiar, la víctima consiguió huir mientras el procesado y la desconocida se marcharon con las llaves del coche.

La Audiencia Provincial indica que el acusado, "que es consumidor habitual desde muy temprana edad de drogas tóxicas", en el momento de los hechos estaba bajo la influencia del síndrome de abstinencia, de forma que "comprendía con dificultad que el hecho era ilícito, sin poder actuar conforme a tal comprensión".

Por estos hechos, la Audiencia Provincial condena al acusado a tres años de cárcel por un delito de detención ilegal y a dos años de prisión por un delito de robo con intimidación y uso de arma, así como al pago de 180 euros de multa por una falta de lesiones. Además, deberá indemnizar a la víctima con 1.700 euros por las lesiones; 1.800 euros por las secuelas y en 600 euros por lo sustraído.