'La fruta de la promesa': los cítricos en la historia del arte

  • El Museo Nacional Germano, en Nuremberg, reune pinturas y esculturas que tienen en común la presencia de naranjas y limones.
  • La exposición repasa la simbología de estas frutas a lo largo de los siglos.
  • Todos los periodos artísticos están representados. Hay obras de Zurbarán, Giovanni Bellini, Otto Dix o Joseph Beuys.
Obra de 1715 pintada por florentino Bartolomeo Bimbi para Cosme III de Médici
Obra de 1715 pintada por florentino Bartolomeo Bimbi para Cosme III de Médici
Bartolomeo Bimbi - © Ministero per i Beni e le Attività Culturali
Obra de 1715 pintada por florentino Bartolomeo Bimbi para Cosme III de Médici

A lo largo de la historia del arte ilustraron la pureza, la fertilidad, la virtud, la vida eterna... Obras de Giovanni Bellini, Paula Modersohn-Becker, Otto Dix o Francisco Zurbarán muestran la variedad de significados que en el arte de los limones y las naranjas.

El Germanisches Nationalmuseum, en la ciudad alemana de Nuremberg, reune en Die Frucht der Verheißung (La fruta de la promesa) una peculiar colección de obras que tienen en común la presencia de cítricos.

Los organizadores de Die Frucht der Verheißung destacan la cualidad de los cítricos como metáfora de promesa. Así aparecen en textos antiguos y en modernos spots publicitarios.

Una naturaleza muerta expresionista, una escultura en miniatura de 1650 que muestra a un hombre en un ataúd sujetando un limón, un cuadro del siglo XVI de la Virgen María dando el pecho...

Las obras expuestas provienen de las principales colecciones europeas y son ejemplos pictóricos y escultóricos del tratamiento simbólico de estas frutas en escenas que capturan la vida diaria, la religión o los mitos.

Exotismo y lujo

En el siglo XVI se consideraban un producto de lujo en Centroeuropa y su perfume era sinónimo de exotismo. En el Renacimiento proliferaban en las decoraciones de jardines y objetos de porcelana.

Como frutas exclusivas, aparecían en retratos masculinos reflejando el saber y la sofisticación; en los femeninos, la virtud y la fidelidad. Junto a los niños, la presencia de naranjas o limones aludía al crecimiento y a la maduración intelectual.

En relación con la mitología, la muesta recoge escenas de las ninfas Espérides, guardianas de un suntuoso jardín que tenía, según los textos, "manzanas de oro", nombre que se refería alas naranjas.

También hay muestras de su importancia como ornamento funerario (comparando la amargura del limón a la de la muerte), símbolo religioso en el antiguo testamento, o la relación con el consumo que se fue gestando a principios del siglo XX, cuando las naranjas y los limones empezaron a comercializarse a gran escala y se extendieron como motivo de envoltorios y cartelería.

Las connotaciones y simbologías se siguen sumando. En la publicidad los colores de los cítricos se asocian a la salud y se usan en envases y anuncios para abrir el apetito del consumidor.

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