Estocolmo, preparando el verano

  • Fue declarada primera Ciudad Verde de Europa en 2010.
  • Seguir los pasos de los protagonistas de la famosa trilogía “Millennium” es otro de los motivos para visitarla.
  • El 25 de junio es el solsticio de verano, una de las grandes tradiciones.
Al suave sol nórdico.
Al suave sol nórdico.
Stockholm Visitors Board
Al suave sol nórdico.

Pocas ciudades como Estocolmo permiten pasar en un instante de disfrutar de una experiencia urbana, cosmopolita y cultural a una en plena naturaleza. Situada en la confluencia entre el Mar Báltico y el lago Mälaren, está levantada sobre catorce islas, conectadas entre sí por 57 puentes.

Muchos de los que llegan a la capital de Suecia destacan la belleza de una urbe que adquiere todo su esplendor durante los meses de primavera y verano, cuando el atardecer se llega a prolongar hasta prácticamente la medianoche. Su cercanía al mar, sus coloridos edificios, el verde que la domina y el aire fresco que se respira son marcas de identidad que difícilmente pasan desapercibidas.

Cultura y naturaleza

Estocolmo es una ciudad llena de contrastes, 750 años de historia frente a las tendencias más cosmopolitas y sofisticadas, una rica vida cultural frente a innumerables actividades al aire libre.

Un buen punto de partida sería retroceder hasta sus orígenes, en Gamla Stan, uno de los núcleos urbanos medievales mejor conservados en Europa, y donde se levantan la catedral y el Palacio Real. Sus estrechas callejuelas están salpicadas de edificios en color tierra y están repletas de galerías de arte y tiendas donde comprar artesanía y antigüedades. Llama la atención la estrecha Märten Trotzigs Gränd, un pasaje de apenas 90 centímetros de ancho.

La ciudad vieja se encuentra salpicada de clásicas pastelerías, cafés y restaurantes en los que degustar los sabores de la tierra. Pero si lo que uno busca es hacer algunas compras, entonces se tiene que mover por Österlanggatan, Västerlänggatan, Köpmangatan y Stora Nygatan.

Desde el cercano muelle Slussen se puede coger alguno de los transbordadores que llegan a Djurgärden. Aquí se encuentra el museo más visitado de Escandinavia, el Vasamuseeet, que alberga el buque de guerra Vasa, que naufragó en el centro de Estocolmo durante su viaje inaugural en el siglo XVII, y Skansen, que se autodefine como el museo al aire libre más antiguo del mundo. En él se puede disfrutar de una Suecia en miniatura y conocer las tradiciones y animales propios de Escandinavia. Pero los más pequeños tienen una cita con Pippi Calzaslargas y el resto de personajes de cuento de Astrid Lindgren en Junibacken.

Entre los museos de la ciudad que merecen ser explorados, el Fotografiska, que alberga una de las mayores colecciones del mundo de fotografía; el Moderna Museet, centrado en el mundo del arte a lo largo del siglo XX y hasta nuestros días; y el Museo Nacional, el más importante de arte y diseño del país.

Las mejores vistas de la ciudad no sólo se disfrutan desde un viaje en barco por sus alrededores, sino también desde la torre del Ayuntamiento. Es precisamente en uno de sus salones donde cada 10 de diciembre se celebra el banquete de los Premios Nobel. Si uno no desea subir tanto, basta con acercarse a Fjällgatan, en Södermalm.

Para descansar del trajín de la ciudad, hay que “perderse” por el primer parque nacional urbano del mundo, Ekoparken, verdadero pulmón verde de Estocolmo, o dejarse sorprender por su archipiélago, compuesto por más de 30.000 islas e islotes.

La llegada del verano

El verano es corto en Estocolmo, y en toda Suecia, por ello se vive con la máxima intensidad su llegada. Una de las grandes tradiciones que aún conserva es celebrar el solsticio de verano, que aunque tiene lugar el día 24 de junio, en 1953 se decidió trasladar al sábado más cercano. Así, este año el 25 de junio se volverá a conmemorar por todo lo alto el día más largo del año.

Se organizan numerosas fiestas públicas, donde familias y amigos se reúnen en torno a un “mayo” (una especie de palo adornado con cintas y flores). Se baila, se canta y se disfruta de un menú compuesto por arenque en escabeche acompañado de patatas tempranas cocidas con eneldo, cebolla morada y nata agria; costillas o salmón a la parrillada, y, de postre, fresas con nata. Todo ello acompañado del licor sueco, “snaps”. Uno de los lugares más concurridos para la ocasión es Skansen, donde las celebraciones se prolongan durante tres días.

Mujeres y niños se visten para la ocasión y se colocan coronas de flores. Se trata de una festividad repleta de nostalgia y creencias populares. Se decía que una correcta celebración favorecería la obtención de buenas cosechas en otoño y que las jóvenes, al regresar a casa, debían recoger siete tipos diferentes de flores y depositarlas bajo su almohada para, durante el sueño, ver a sus futuras parejas.

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