El delegado del Gobierno en Galicia, Miguel Cortizo, ha instado a ser "prudentes y serios" en relación con la situación de los acampados en las ciudades de Santiago, A Coruña y Vigo, que secundan el movimiento de "los indignados".

También ha pedido que "nadie se tire a la piscina" y lo convierta "en un tema conflictivo", al ser preguntado por la petición de desalojo del futuro alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa. Sobre este posible desalojo, ha indicado que en Galicia no hay "de momento" ninguna actuación prevista.

En un encuentro informativo, Cortizo ha admitido la existencia de una conversación con Conde Roa sobre este tema, pero ha eludido hacerla pública alegando que "no es el alcalde", al tiempo que ha rechazado el uso del término 'okupa' —empleado por el dirigente popular— para referirse a los acampados.

Así, ha apelado a la prudencia de "todos" y reclamado que el debate político en torno a este movimiento "sea para aclarar y no para confundir". Además, ha insistido en que se tratará de resolver la situación de los acampados "de la mejor forma posible, respetando los derechos de los ciudadanos, incluidos los que forman parte de estas concentraciones", ha apostillado.

Competencia de los ayuntamientos

Sobre el posible desalojo de los concentrados, ha apuntado que los ayuntamientos tienen "competencias", a través de la Policía Local, para proceder al desalojo y demandar "auxilio" de los Cuerpos de Seguridad del Estado "cuando sus fuerzas no son suficientes". No obstante, ha admitido que "lo razonable es consensuar las actuaciones".

Por otra parte, ha subrayado las discrepancias entre los alcaldes electos del PP de Santiago y A Coruña, después de que Carlos Negreira se mostrase dispuesto a escuchar a los acampados, y ha recordado que con el Gobierno del PP los trabajadores de Sintel estuvieron acampados casi 6 meses en el Paseo de la Castellana.