El fallo condena también a Justin Richard D. a diez días de localización permanente en su domicilio y a indemnizar a Telefónica con 102,60 euros, cantidad en que la compañía valoró el vidrio de la cabina destrozado.

El juez ha considerado también al detenido culpable de una falta de desórdenes públicos por considerar que en la patada que propinó a la cabina existió "un plus de dolo criminal", al producirse "en el contexto de los incidentes que con ocasión de las concentraciones del llamado botellón se venían produciendo, con presencia de numerosas personas".

Para el juez, la multa de 400 euros impuesta es la adecuada dada su situación económica porque, aunque no constan sus ingresos exactos, "sí se sabe que posee nacionalidad norteamericana y es natural de Massachussets, uno de los estados más prósperos de Estados Unidos, que ha viajado a España y reside aquí, al menos temporalmente".

Ello indica, según la sentencia, que el condenado "dispone de medios suficientes para haberse sufragado el viaje en avión y, a falta de trabajo conocido, que esos medios le permiten mantenerse en Barcelona, ciudad con gran carestía de vida, e incluso ocupar un piso en calle tan céntrica como la de Vilamarí, en pleno Eixample".

Pedían 20.000 euros

En el primer juicio rápido por los disturbios del "macrobotellón", el consistorio pidió para el acusado una multa de 20.000 euros, la pena máxima, mientras que la fiscalía solicitó que se le condenara a pagar 200 euros por una falta de daños.

El joven norteamericano no acudió el pasado 28 de marzo al juicio de faltas, que se celebró en su ausencia por acuerdo de las partes, y se presentó al mismo una vez concluido alegando que ignoraba el cambio horario efectuado la madrugada del pasado 26 de marzo, lo que, según el juez, "no es razón válida para ser tenida en consideración".

NOTICIAS RELACIONADAS